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Expertos de San Juan de Dios denuncian la falta de inclusión de personas con discapacidad en programas de prevención

MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

Según la organización, la preocupación por el abordaje del envejecimiento de las personas con discapacidad intelectual ha crecido en paralelo al progresivo envejecimiento de la población general derivado del aumento de la esperanza de vida.

En este sentido, alertan de que este envejecimiento provoca situaciones de soledad no deseada, aislamiento y exclusión social, y según el director general de San Juan de Dios en España, Juan José Afonso, "también exclusión sociosanitaria que agudiza, aún más, la vulnerabilidad de las personas con discapacidad".

En este contexto, San Juan de Dios ha indicado que las personas con discapacidad intelectual comienzan el proceso de envejecimiento unos 20 años antes que el resto de la población, lo que supone una disminución de su esperanza de vida respecto a la población general.

"Diferentes estudios muestran que las personas con Síndrome de Down comienzan este proceso entorno a los 35 años, y con otras discapacidades intelectuales a los 45", apuntan desde la organización.

PECULIARIDADES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Aunque el envejecimiento en este colectivo comparte muchas características con el del resto de la población, según la entidad, hay peculiaridades propias de la población con discapacidad en la que especialidades como traumatología, neurología, vascular o urología han sufrido un aumento considerable en las consultas.

En el caso de las personas con Síndrome de Down, en las que existe una mayor prevalencia de deterioro cognitivo que puede comenzar a partir de los 35 años, ha puesto de relieve que aumentan las posibilidades de desarrollar demencias tipo Alzheimer a una edad que, por el déficit cognitivo previo y la falta de herramientas y protocolos específicos, resulta complejo su diagnóstico e intervención precoz.

La coordinadora del ámbito Discapacidad de San Juan de Dios en España, Marta Campos, sostiene que "la mayoría de las veces este envejecimiento prematuro se asocia a la falta de acceso de estas personas a programas de prevención de la salud y a la atención tan exhaustiva que necesitan, al sumar a las necesidades de apoyo las derivadas de la edad, que requiere un incremento en la atención médica especializada".

Algunos de estos problemas de salud se dan por la propia discapacidad, pero otros se deben a la falta de inclusión en programas de prevención, ocasionada en parte por la necesidad de una persona que le acompañe al centro médico, un recurso con el que no siempre pueden contar ya que esa persona trabaja, tiene otras ocupaciones o "también es mayor", como ha explicado Marta Campos, "madres y padres envejeciendo al mismo tiempo que sus hijas e hijos, y por lo tanto necesitando una especial atención también por parte de los servicios sociales y sanitarios".

"Es imprescindible evaluar sus necesidades, conocer su situación social y familiar concreta y su nivel de vulnerabilidad para diseñar programas adaptados a sus demandas específicas con los que garantizar la máxima calidad posible en el desarrollo de su proyecto de vida", ha declarado Campos.

Además, problemas como la obesidad, el riesgo de caídas por problemas de movilidad, la salud bucodental o déficits auditivos y visuales son otros de los puntos débiles, así como problemas de salud mental.

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