BUENOS AIRES (AP) — Ajenos al calor sofocante en una gran plaza de Buenos Aires, miles de hinchas, muchos ataviados con la camiseta de su ídolo Lionel Messi, saltaron y se fundieron en interminables abrazos. Argentina había vencido a Países Bajos por penales luego de un agónico partido disputado el viernes, para ascender un peldaño más en el Mundial y plantarse en las semifinales.
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El gol de Lautaro Martínez sellando la victoria argentina 4-3 en la tanda de penales hizo estallar a la multitud congregada frente a una enorme pantalla en la que pudieron seguir el encuentro.
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El sueño de estar entre lo cuatro mejores equipos en la Copa del Mundo se hacía realidad.
"¡Argentina, Argentina!, gritaron los fanáticos, entre los que había familias completas, con niños sentados sobre los hombros de sus padres.
"Sufrimos como siempre, pero siempre hay una oportunidad más, en cada paso hay una oportunidad; por eso, ¡vamos Argentina, vamos Messi!, dijo exultante Alexis Sendón, de 22 años a The Associated Press al término del encuentro.
Alrededor del joven, un grupo de fanáticos con gorros de color celeste y blanco bailaban haciendo un círculo mientras revoleaban sus camisetas y cantaban: “Olé, olé olé.. cada día te quiero más. Soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar”.
“Fue grandioso, una final de infarto”, dijo Jorge Sánchez, un costarricense que estaba mezclado entre el público argentino y llevaba un gorro adornado con plumas con los colores de la selección.
Romina Fernández, quien estaba acompañada de su pequeña hija y portaba una gran bandera argentina, destacó el logro de la selección capitaneada por Messi, pese a que el árbitro español Antonio Mateu Lahoz "fue una vergüenza" porque a su entender favoreció a los holandeses.
Los hinchas también elogiaron al arquero Emiliano Martínez, quien paró los primeros dos penales de Países Bajos, lo que fue decisivo para que el conjunto albiceleste lograra la clasificación para cuartos de final.
Los sudamericanos habían logrado en primera instancia una ventaja de dos goles, pero un doblete del delantero Wout Werghorst llevó el encuentro al tiempo extra y finalmente a la tanda de penaltis.
Otros miles de argentinos cubiertos de banderas con los colores celeste y blanco se juntaron en más puntos de Buenos Aires y otras ciudades del país para presenciar el partido que le permite al equipo sudamericano seguir soñando con otra Copa del Mundo luego de las obtenidas en Argentina 1978 y México 1986.
En la casa donde habitó Diego Maradona en Buenos Aires, decenas de personas se reunieron para ver el partido. Los nuevos dueños la convirtieron en el lugar de encuentro en el barrio para recordar al fallecido astro del fútbol y seguir los partidos de Argentina.
“Vivo acá atrás, soy vecina; vi que el otro día había gente viendo el partido y dije: ‘esta vez voy a verlo’. Me abrieron las puertas. Estoy muy feliz y muy emocionada”, dijo a AP Lucía Díaz Castelli, quien disfrutó del encuentro junto a allegados de los dueños de la vivienda y vecinos.
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En esta nota colaboraron los video periodistas de AP, Leo Lavalle y Natalio Cosoy