MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
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La transpiración, un proceso en el que el agua se mueve a través de una planta, ocurre constantemente en la naturaleza. Y produce pequeñas cantidades de electricidad, lo que se conoce como bioelectricidad.
Yuanyuan Li, profesor adjunto de la División de Biocomposites del KTH, afirma que con un poco de nanoingeniería de la madera -y ajustando el pH- pueden obtenerse pequeñas pero prometedoras cantidades de electricidad.
"De momento podemos hacer funcionar pequeños dispositivos, como una lámpara LED o una calculadora", explica Li en un comunicado. "Si quisiéramos alimentar un ordenador portátil, necesitaríamos aproximadamente un metro cuadrado de madera de un centímetro de grosor y unos 2 litros de agua. Para un hogar normal necesitaríamos mucho más material y agua que eso, así que hay que seguir investigando".
Al alterar la composición a nanoescala de la madera, los investigadores mejoraron sus propiedades en cuanto a superficie, porosidad (o densidad), carga superficial, facilidad con que el agua puede atravesar el material y la propia solución acuosa, todos ellos factores que influyen en la generación de electricidad en la madera.
"Comparamos la estructura porosa de la madera normal con el material que mejoramos en cuanto a superficie, porosidad, carga superficial y transporte de agua. Nuestras mediciones mostraron una generación de electricidad 10 veces superior a la de la madera natural", afirma Li.
Afirma que si se ajusta aún más la diferencia de pH entre la madera y el agua, debido a un gradiente de concentración de iones, se consigue un potencial de hasta 1 voltio y una notable potencia de salida de 1,35 microwatios por centímetro cuadrado.
Li afirma que, hasta la fecha, la madera consigue suministrar un alto voltaje durante unas 2-3 horas, antes de que empiece a decaer. Hasta ahora, la madera ha superado 10 ciclos con agua sin que disminuya su rendimiento, afirma.
"La gran ventaja de esta tecnología es que la madera puede utilizarse fácilmente para otros fines una vez agotada como fuente de energía, como papel transparente, espuma de madera y diferentes biocomposites".
Los resultados se publican en la revista Advanced Functional Materials.