BRUSELAS, 8 (EUROPA PRESS)
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Si la reforma sale adelante con los niveles propuestos por Bruselas y avalados por los ministros de Empleo de la UE supondría rebajar de 0,1 hasta 0,01 fibras por centímetro cúbico la presencia tolerada de amianto para un trabajador, con el objetivo de reducir también drásticamente el riesgo de desarrollar un cáncer por una exposición excesiva a este material.
Asimismo, los ministros abogan por utilizar un método más moderno y sensible para contar las fibras de amianto mediante la microscopía electrónica, aunque piden que los países tengan un plazo de siete años para cumplir con los criterios del nuevo sistema para facilitar la transición desde el modelo actual de medición basado en la microscopía de contraste de fase (PCM).
Aunque la Unión Europea prohíbe desde 2005 el uso de amianto (desde 2002 en el caso de España), este material tóxico aún está presente en cerca de 220 millones de antiguos edificios e infraestructuras europeas, según datos de los servicios comunitarios.
Además, el 78% de los cánceres diagnosticados como teniendo un origen en el medio laboral están relacionados a la exposición al amianto, de acuerdo a los mismos datos.
Una vez fijado el mandato negociador de los Veintisiete deberán iniciar las negociaciones con el Parlamento Europeo para pactar la reforma.