LONDRES (AP) — El gobierno conservador de Gran Bretaña aprobó el miércoles una nueva mina de carbón, la primera en tres décadas, una decisión que los ambientalistas tacharon como un paso hacia atrás en la lucha contra el cambio climático.
Horas antes, el gobierno había revertido una prohibición a la construcción de nuevas granjas eólicas en Gran Bretaña. Los opositores calificaron el anuncio como un intento descarado de compensar las críticas por aprobar la mina.
El ministro de Gabinete Michael Gove decidió que la mina en la zona de Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, tendría “un efecto neutral en general sobre el cambio climático y por lo tanto encaja con las políticas de gobierno de combate al cambio climático”, señaló el gobierno.
Añadió que el carbón de la mina se usaría para la fabricación de acero — en reemplazo del carbón importado — y no para la generación de energía.
La mina, ubicada bajo el mar de Irlanda, extraerá carbón para coque — del que se usa para la siderurgia — y se procesará en las instalaciones de lo que fuera una planta química en desuso en Whitehaven, una localidad a 550 kilómetros (340 millas) al noroeste de Londres.
Los simpatizantes aseguran que la mina generará los ansiados empleos en una zona sumamente castigada por el cierre de minas y fábricas en las últimas décadas.
Los opositores aseguran que la mina es un duro traspié al estatus del Reino Unido como líder mundial en el reemplazo de combustibles fósiles contaminantes con energía limpia y renovable. Argumentan que la mina socavará los esfuerzos globales de eliminar gradualmente el uso del carbón y que complicará que Gran Bretaña cumpla con sus objetivos de generar el 100% de su electricidad mediante fuentes de energía limpia para el año 2035 y alcance las cero emisiones netas de carbono para 2050.