LA HABANA (AP) — Las autoridades electorales cubanas desestimaron el miércoles que la abstención de más del 30% en las elecciones municipales realizadas la semana pasada y que tuvieron una de las cifras más alta de ausencias en la participación fueran un voto de castigo al gobierno.
PUBLICIDAD
La presidenta del Consejo Electoral Nacional (CNE), Alina Balseiro, dio a conocer este miércoles los cómputos oficiales de los comicios realizados el 27 de noviembre --primera vuelta-- y el 4 de diciembre --segunda-- de los comicios para concejales, los representantes de cada barrio y que constituyen el primer peldaño del modelo político de la isla.
PUBLICIDAD
“Es muy subjetivo y creo que cada proceso tiene sus características y aquí estamos eligiendo al delegado de la circunscripción”, explicó durante una rueda de prensa Balseiro al rechazar la calificación de voto de castigo como explicación a la más alta abstención registrada en los últimos comicios en la isla. Enfatizó que lo que estaba en juego eran los puestos de representantes barriales.
De un padrón de 8,3 millones de personas habilitadas emitieron sus votos 5,7 millones para un 68,56% de presencialidad o sea una abstención de 31,44%, indicó la funcionaria, ratificando la tendencia que ya había informado provisionalmente el CNE lo semana pasada tras las primeras vueltas.
Los votos válidos fueron 5,1 millones para un 89,11% y de ellos el 5,22% estuvieron en blanco, manifestó Balseiro.
Se disputaron 12.427 cargos de delegados en todo el país.
Aunque una abstención del 30% o más podría ser una constante en muchas naciones de América Latina, procesos electorales de años anteriores en Cuba tuvieron una mejor participación: la abstención fue del 10,98% en las municipales del 2017 y de solo el 5,79% en las de 2012.
Aunque hace dos meses, en el referendo celebrado en septiembre para aprobar el Código de las Familias, la cifra llegó al 25,88%.
Estos comicios sirven para elegir a los concejales que conforman las Asambleas Municipales del Poder Popular --el gobierno local--, el primer nivel de un sistema electoral que según las leyes isleñas no contempla la concurrencia de partidos políticos --los delegados o representantes son nominados entre los vecinos de cada cuadra--.
Para marzo próximo están convocados los comicios para conformar la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), o sea el parlamento, del que sale el presidente de la república.
Un 50% de la ANPP debe estar conformada por estos delegados o concejales de base.
Estos representantes no reciben sueldos por su labor --ni los diputados nacionales-- y permanecen en sus centros de trabajo habituales. Al mismo tiempo las normas impiden la nominación por parte de partidos políticos —ni el comunista, el único con estatus legal—, sino que son propuestos los vecinos en cada cuadra y localidad del país.
El modelo es defendido con alusiones a que evita la corrupción, los escándalos y los engaños de los comicios con partidos, pero según sus detractores impide que opositores tengan finalmente acceso al poder.
Estos comicios se celebran en un contexto de repunte de la migración, así como de fuerte crisis económica. Unos 220.000 cubanos fueron detectados sólo en la frontera sur de Estados Unidos entre octubre del 2021 y septiembre pasado.
Paralelamente, la funcionaria de la autoridad electoral insistió en la transparencia de los comicios, aunque reconoció que la CNE tuvo conocimiento de algunas irregularidades en el proceso. Según Balseiro, que no ofreció detalles sobre qué irregularidades, dijo que ya fueron atendidas.
Sin embargo, dijo desconocer el caso concreto de José Cabrera Parada, de la localidad de Palma Soriano, en la oriental provincia de Santiago, quien según versiones de opositores, fue nominado por sus vecinos para participar en las elecciones pero se impidió que entrara en la votación. Él aludió que fue presionado, incluso con la expulsión de su trabajo, por ser contrario al gobierno, agregaron los activistas disidentes.