La Amazonia perdió el 10% de su vegetación autóctona en casi cuatro décadas, un área aproximadamente del tamaño de Texas, de acuerdo con un nuevo informe.
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De 1985 a 2021, la superficie deforestada pasó de 490 mil kilómetros cuadrados a mil 250 kilómetros cuadrados, una destrucción sin precedentes en la Amazonia, según la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, o RAISG.
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Las cifras se calculan desde 1985 con un seguimiento anual por satélite de Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Brasil, Venezuela, Surinam, Guyana y Guayana Francesa. El informe es una colaboración entre RAISG y MapBiomas, una red de organizaciones sin ánimo de lucro, universidades y empresas tecnológicas brasileñas.
“Las pérdidas son enormes e irreversibles y sin ninguna expectativa de cambio”, señaló el viernes un consorcio de organizaciones de la sociedad civil de los países de la región a través de un comunicado.
“Los datos son una luz amarilla y dan un sentido de urgencia a la necesidad de una acción internacional coordinada, decisiva y convincente”.
Brasil, que posee cerca de dos tercios de la Amazonia, también lidera la destrucción. En casi cuatro décadas se destruyó el 19% de su selva tropical, debido sobre todo a la expansión de la ganadería apoyada por la apertura de carreteras. El país es responsable del 84% de la destrucción de bosque tropical en el periodo señalado.
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Casi la mitad de las emisiones de carbono de Brasil proceden de la deforestación. La destrucción es tan grande que la Amazonia oriental dejó de absorber carbono para la Tierra y se convirtió en una fuente de carbono, según un estudio publicado en 2021 en la revista Nature.
En 2021, la Amazonia tenía el 74% de su superficie cubierta por selva tropical y el 9% de otros tipos de vegetación natural. La región, con 8 millones 500 mil kilómetros cuadrados, alberga una población de 47 millones de personas, según estimaciones de RAISG.
“Al menos unos 75 millones de toneladas métricas de carbono están almacenadas en toda la Amazonia”, dijo Wayne Walker, investigador del Centro de Investigación Woods Hole, durante una conferencia de prensa celebrada el viernes en Lima, Perú. “Si todo ese carbono acabara inmediatamente en la atmósfera, equivaldría a unas siete veces las emisiones anuales globales”.