El expresidente de Estados Unidos Donald Trump está llamando de nuevo la atención sobre su largo historial de hacerse de la vista gorda ante la intolerancia, luego de que cenó con un nacionalista blanco que niega el Holocausto y con el rapero antes conocido como Kanye West, pocos días después de que anunciara una nueva campaña por la Casa Blanca.
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Trump cenó el martes en su club Mar-a-Lago con West, que ahora es conocido como Ye, y con Nick Fuentes, un activista de extrema derecha que ha utilizado su plataforma online para verter retórica antisemita y nacionalista blanca.
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Ye, quien dice que también es un candidato a la presidencia para 2024, ha hecho su propia serie de comentarios antisemitas en las últimas semanas, lo que ha provocado que lo suspendan de plataformas de redes sociales, que su agencia de talentos lo abandone y que empresas como Adidas corten sus vínculos con él.
En una declaración de la Casa Blanca, el portavoz Andrew Bates dijo que “la intolerancia, el odio y el antisemitismo no tienen cabida en Estados Unidos, ni siquiera en Mar-a-Lago. La negación del Holocausto es repugnante y peligrosa, y debe ser condenada enérgicamente.”
Trump, en una serie de declaraciones hechas el viernes, dijo que “nunca había conocido y no sabía nada" de Fuentes antes de que llegara con Ye a su club. Pero Trump tampoco reconoció el largo historial de comentarios racistas y antisemitas de Fuentes, ni criticó las declaraciones difamatorias de ninguno de los dos.
Trump escribió sobre Ye en su plataforma de redes sociales que “nos llevamos muy bien, no expresó ningún antisemitismo, y aprecié todas las cosas agradables que dijo sobre mí en ‘Tucker Carlson’”.
“¿Por qué no iba a aceptar reunirme?”, añadió.
El expresidente tiene un largo historial de no condenar inequívocamente el discurso de odio. Durante su campaña de 2016, Trump vaciló cuando se le pidió que condenara abiertamente al KKK después de haber sido respaldado por el exlíder del grupo, y afirmó en una entrevista televisada que no “sabía nada de David Duke”.
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En 2017, tras las mortíferas protestas de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, Trump fue muy criticado por decir que había “culpa en ambos bandos” por la violencia. Y en sus mítines es frecuente la retórica incendiaria de figuras como la representante federal Marjorie Taylor Greene, quien habló a principios de este año en una conferencia de extrema derecha organizada por Fuentes.
El último episodio, que se produjo apenas una semana después de que Trump lanzara su tercera candidatura a la nominación republicana a la presidencia, también pone de relieve lo poco controlado que sigue estando el acceso al expresidente, especialmente sin una operación de campaña tradicional.
El club Mar-a-Lago de Trump fue objeto de un intenso escrutinio tras las revelaciones de que el exmandatario almacenaba allí cientos de documentos confidenciales, lo que dio pie a una investigación federal. Pero el club —y las personas a las que Trump dio acceso— había sido durante mucho tiempo una fuente de consternación entre los exasesores de la Casa Blanca.
Mar-a-Lago no es solo la casa de Trump, sino también un club privado y un espacio para eventos. Los miembros de pago y sus invitados cenan junto a él y a menudo conviven con él; los miembros del público pueden reservar bodas y otros eventos, y Trump con frecuencia hace visitas a esos eventos.
Ye compartió por primera vez los detalles de la cena en un video que publicó en su cuenta de Twitter el jueves. Ye dijo que había viajado a Florida para pedirle a Trump que fuera su compañero de fórmula en 2024, y que la reunión había subido de tono, ya que Trump se mostró “perturbado” por su petición y Ye se enfadó por las críticas de Trump hacia su esposa, Kim Kardashian, de quien se ha separado.
“Cuando Trump empezó básicamente a gritarme en la mesa diciéndome que yo iba a perder. Quiero decir, ¿alguna vez le ha funcionado eso a alguien en la historia?, ¿decirle a Ye que voy a perder?”, preguntó Ye en el video. ”Estás hablando con Ye”.
Ye también indicó que Trump estaba “realmente impresionado con Nick Fuentes”, a quien describió como “realmente un partidario” y añadió que le había preguntado a Trump: ”¿Por qué cuando tuviste la oportunidad no liberaste a los del 6 de enero?”, en referencia a los acusados que participaron en la insurrección mortal en el Capitolio federal del 6 de enero de 2021.
Trump publicó el viernes una serie de declaraciones en las que intentó explicar las circunstancias del encuentro.
“Kanye West tenía muchas ganas de visitar Mar-a-Lago. Nuestra reunión en la cena estaba pensada para ser sólo Kanye y yo, pero llegó con un invitado al que nunca había conocido y del que no sabía nada”, afirmó Trump en su primer comunicado difundido por su campaña.
Poco después, Trump acudió a sus redes sociales para decir que Ye y “tres de sus amigos, de los que no sabía nada” se habían “presentado inesperadamente” en su club.
“Cenamos el martes por la noche con muchos miembros presentes en el patio trasero. La cena fue rápida y sin incidentes. Luego se fueron al aeropuerto”, escribió.
Horas más tarde volvió a postear diciendo que le había dicho a Ye que “definitivamente no debería postularse a la presidencia” y que “los votantes que pueda tener deberían votar por Trump”.
“De todos modos, nos llevamos muy bien, no expresó ningún antisemitismo, y aprecié todas las cosas bonitas que dijo sobre mí en ‘Tucker Carlson’”, añadió. ”¿Por qué no iba a aceptar reunirme? Además, no conocía a Nick Fuentes”.
Fuentes, por su parte, dijo tras el viaje que, aunque no podía descartar que Trump hubiera oído hablar de él, “no creo que supiera que era yo en la cena”.
“No era mi intención que mis declaraciones y todo mi historial se convirtieran en una especie de problema de relaciones públicas para el presidente”, añadió en su programa.
El encuentro provocó críticas inmediatas de los detractores de Trump y también de algunos partidarios, como David Friedman, quien fue embajador de Trump en Israel.
“A mi amigo Donald Trump: Eres mejor que esto. Incluso una visita social de un antisemita como Kanye West y una escoria humana como Nick Fuentes es inaceptable”, escribió Friedman en un tuit. “Te insto a que eches a esos vagos, los repudies y los relegues al basurero de la historia, donde deben estar”.
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El sábado, el exsecretario de Estado Mike Pompeo, posible candidato presidencial en 2024, también condenó el antisemitismo, sin referirse directamente a la cena o al presidente con el que trabajó.
“El antisemitismo es un cáncer”, escribió Pompeo, y añadió: “Estamos con el pueblo judío en la lucha contra el fanatismo más antiguo del mundo”.
Por su parte, el presidente Joe Biden, cuando se le preguntó por la reunión de Trump mientras estaba de vacaciones en Nantucket, Massachusetts, respondió: “No quieres oír lo que pienso”.