LONDRES (AP) — Twitter se demoró más tiempo en revisar el contenido que incita al odio y eliminó menos de dichas publicaciones en 2022 comparado con el año previo, según datos de la Unión Europea publicados el jueves.
Los números de la UE fueron publicados como parte de una evaluación anual del cumplimiento por parte de las plataformas en línea del código de conducta del bloque de 27 naciones contra la desinformación.
Twitter no fue el único. A la mayoría de las otras empresas tecnológicas registradas en el código —que es voluntario— les fue peor. Pero los números pronostican problemas para Twitter para cumplir con las nuevas y severas normas de la UE después de que el propietario Elon Musk despidiera a muchos de los 7.500 trabajadores de tiempo completo de la plataforma y a un número incalculable de contratistas responsables de moderación de contenido y otras tareas cruciales.
El reporte de la UE, realizado durante seis semanas hace unos meses, encontró que Twitter analizó poco más de la mitad de las notificaciones que recibió sobre discurso de intolerancia ilícito en 24 horas, por debajo del 82% de 2021.
En comparación, la cantidad de publicaciones marcadas de Facebook revisadas en 24 horas cayó a 64%, las de Instagram se redujeron a 56,9% y en YouTube bajaron a 83,3%. Con 92%, TikTok fue la única empresa en mejorar.
La cantidad de discurso de intolerancia que Twitter eliminó después de ser reportado, cayó a 45,4% del 49,8% del año previo. La tasa de eliminación de TikTok cayó en un cuarto a 60%, mientras que Facebook e Instagram sólo tuvieron caídas mínimas. YouTube fue la única plataforma que aumentó la tasa con 90%.
“Es preocupante ver una tendencia en descenso en la revisión de notificaciones relacionadas con lenguaje de intolerancia ilegal por parte de las redes sociales”, tuiteó la vicepresidenta de la Comisión Europea Vera Jourova. “El discurso de intolerancia en línea es un golpe de una era digital y las plataformas deben cumplir con sus compromisos”.
Twitter no respondió a una petición de comentario. Correos electrónicos enviados a diferentes empleados del equipo europeo de comunicaciones de la empresa, rebotaron con una notificación de que no fueron entregados.