MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
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Para llevarlos a cabo, se ha contado con una muestra poblacional representativa formada por 2 millones de ciudadanos, sobre los que se realizó seguimiento desde 2013 a 2019. El doctor Juan Delgado, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario 12 de Octubre, investigador del Centro de Investigación en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y uno de los autores de ambos estudios, señala que "la partida más relevante es la hospitalización, y con marcada diferencia". De hecho, la hospitalización representa las 3/4 partes de coste total, siendo el resto atribuible al coste asociado a gasto farmacéutico, atención extrahospitalaria y costes indirectos.
La insuficiencia cardiaca es una patología compleja. En función de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI), una medida del porcentaje de sangre que sale del corazón cada vez que se contrae, se distinguen tres fenotipos: insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida (ICFEr, FEVI menor o igual al 40%), ligeramente reducida (ICFElr, FEVI del 41 al 49%) y preservada (ICFEp, FEVI mayor o igual al 50%). "El 49 por ciento de la población estudiada presentaba ICFEr, el 38 por ciento ICFEp y el 4 por ciento ICFElr; en el resto de los casos, no constaba la FEVI", detalla el doctor Delgado. "Es destacable el hecho de que el coste asociado a la utilización de recursos sanitarios fue sustancialmente más elevado en el fenotipo ICFEr", añade.
Una de las posibles razones por las que el uso de recursos sea más elevado entre los pacientes con ICFEr es que, según recalca el doctor Delgado, "el estudio de la enfermedad requiere en muchos casos de procedimientos costosos".
Otra es que este fenotipo, que se da en población más joven, cuenta con opciones terapéuticas que han demostrado modificar el pronóstico de la enfermedad y que suponen mayor gasto, como por ejemplo dispositivos eléctricos tipo resincronizador y desfibrilador, además de los tratamientos farmacológicos. "Además, tienen mayor frecuencia de rehospitalización y este, como se ha dicho, es el principal determinante del coste sanitario asociado a la enfermedad", indica.
EL DIAGNÓSTICO PRECOZ ES CLAVE PARA OPTIMIZAR COSTES
Aunque en los últimos años se han registrado importantes avances en la atención sanitaria a los pacientes de insuficiencia cardiaca, todavía hay margen de mejora. "El primer aspecto para lograr optimizar costes es el diagnóstico precoz", asegura el doctor Delgado. "Para ello, se debería dotar a Atención Primaria de más formación y acceso a recursos diagnósticos", añade.
Igual de importante es la organización por área sanitaria del proceso asistencial de la insuficiencia cardiaca, en forma de unidades o programas. "Esa organización ha de ser multidisciplinar y abarcar todos los niveles asistenciales. Solo manteniendo en el radar a este tipo de paciente crónico y complejo, podríamos reducir la tasa de rehospitalización", destaca el doctor.