MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
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El jefe del Servicio de Comunicaciones del Gobierno, Legesse Tulu, ha defendido que la paz duradera se logrará si hay "voluntad" por parte de las partes y ha abogado por "sanar las heridas" y "garantizar beneficios igualitarios y unidad" entre la población, según ha informado la cadena de televisión etíope Fana.
Así, ha manifestado que las autoridades "toleran problemas que parecen ser menores por ahora, pero que no son significativos en cuanto a beneficios a largo plazo, en nombre de un objetivo común", antes de pedir "pasos concretos" para avanzar en la aplicación de los acuerdos.
Legesse ha indicado además que el Gobierno está "facilitando" la entrega de ayuda humanitaria en Tigray, uno de los compromisos clave de Adís Abeba, y ha añadido que ya hay trabajos en marcha para proceder a la restauración de los servicios básicos en la región.
Por ello, ha resaltado que estos "esfuerzos tangibles" por parte de las autoridades deben tener respuesta en forma de "acciones" del TPLF, antes de apostar por actuar contra los que "creen obstáculos" a la aplicación del acuerdo alcanzado a principios de noviembre en Sudáfrica.
Las palabras de Legesse han llegado después de que altos cargos del TPLF afirmaran el domingo que el grupo está trabajando para "rescatar" a la población tras dos años de guerra y defendieran el acuerdo alcanzado con el Gobierno y la continuación de conversaciones de cara a la firma de la paz.
Tsadkan Gebretensae y Getachew Reda, altos dirigentes del TPLF, indicaron en declaraciones a la cadena local DW TV que los militares eritreos siguen cometiendo "atrocidades" contra civiles en la región. Asmara ha desplegado soldados en la zona en apoyo a la ofensiva del Ejército de Etiopía.
"Nuestra intención con el acuerdo de paz es salvar a nuestro pueblo de la muerte por hambre, falta de medicamentos, atrocidades, desplazamiento y otros abusos", dijo Tsadkan, tal y como recogió el diario etíope 'Addis Standard'.
En este sentido, hizo hincapié en que el acuerdo de Pretoria ha permitido "reducir el sufrimiento de los civiles y la destrucción de las propiedades", mientras que Getachew recalcó que el pacto busca resolver problemas políticos que desencadenaron la guerra. "La paz es nuestra única elección", dijo.
El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el Gobierno de Abiy ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.