MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
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Es la consluión de una investigación, publicada en Scientific Reports, que sugiere que, si bien los humanos participaron en la extinción de estas criaturas, como subrayan otros estudios, la caza por sí sola no fue la causa principal.
En la isla de Madagascar, lémures del tamaño de gorilas, pájaros elefantes de 3 metros de altura e hipopótamos pigmeos desaparecieron tras la llegada de los humanos en los últimos milenios.
Para entender la desaparición de los grandes animales de Madagascar, un equipo liderado por Sean W. Hixon, del Max Planck Institute for Geoanthropology, excavó tres estanques costeros y una cueva en el suroeste de la isla y fechó por radiocarbono los restos de megafauna extinta, animales introducidos y otros signos de actividad humana.
Los investigadores descubrieron que la megafauna de Madagascar había soportado varios períodos secos durante los últimos 6.000 años, reubicándose según era necesario cuando los recursos hídricos locales eran escasos. Signos de actividad humana, incluidos huesos y caparazones modificados, comenzaron a aparecer en los últimos 2.000 años.
Sin embargo, hace unos 1.000 años, los investigadores identificaron un aumento drástico en el carbón vegetal y los huesos de especies domesticadas, como el ganado cebú y los perros. El momento de estos cambios causados ??por el hombre se corresponde con la desaparición de la megafauna.
"Nuestros resultados sugieren que la ocupación y alteración del espacio, a través de la quema de bosques para especies de pastoreo introducidas, provocó la extinción de grandes animales en la isla, en lugar de la mera presencia de cazadores", dice Sean Hixon.
En los últimos años, el debate sobre las causas de las extinciones de la megafauna se ha centrado en gran medida en el cambio climático pasado y la caza excesiva por parte de los humanos recién llegados. El nuevo estudio sugiere que, si bien ambos pueden haber sido factores de estrés en Madagascar, no fueron la causa principal de las extinciones de la megafauna.
El artículo subraya que la caza no es la única forma, o quizás incluso la forma principal, en que los humanos impactan a otras especies. Para proteger la biodiversidad, es igualmente importante considerar cómo las actividades humanas afectan los hábitats y la movilidad de los animales.
Los investigadores esperan que los estudios futuros exploren depósitos paleontológicos y arqueológicos en otras áreas de la isla para comprender mejor cuándo llegaron los humanos a Madagascar y cómo interactuaron con su entorno.