A lo largo de cuatro mundiales en los que ha participado, Guillermo Ochoa tiene como uno de sus mejores recuerdos una atajada que realizó ante Neymar en Brasil 2014. El martes, el portero mexicano buscará otro momento memorable ante el ariete polaco Robert Lewandowski.
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Ochoa ya era un portero muy popular en México, donde jugó con el América y fue mundialista en Alemania 2006 y en Sudáfrica 2010. Relegado al banquillo de suplentes en esas dos citas, su oportunidad de brillar a nivel internacional tuvo que esperar hasta la Copa del Mundo de 2014.
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Frente al anfitrión Brasil, Ochoa se prodigó con un rosario de atajadas providenciales, pero la más memorable fue cuando Neymar conectó un remate de cabeza hacia el poste derecho del portero mexicano, que realizó un vistoso lance y con la punta de los dedos evitó el tanto.
“Cada Mundial tiene su historia y un valor, pero el del 2014 fue muy importante”, dijo Ochoa. “Ante Camerún fue mi primer partido, pero el de Brasil marcó un antes y después en mi carrera y en la cabeza de mucha gente que me lo siguen recordando en el día a día y en diferentes países”.
“Quitar esa imagen será difícil, pero ojalá podamos darles otro bonito recuerdo en este Mundial”.
Lewandowski es probablemente el centrodelantero más letal que haya encarado Ochoa en una Copa del Mundo. El astro del Barcelona pasa por gran momento, autor de 13 goles en 14 partidos esta temporada tan sólo en la Liga. Pero tiene una deuda pendiente: nunca ha podido marcar en un Mundial.
El polaco de 34 años se fue en blanco en Rusia 2018, su única Copa del Mundo previa, y seguramente querrá ponerle fin a esa sequía ante los mexicanos al debutar en el Grupo B.
“Sabemos dónde ha jugado y lo que ha logrado, pero acá lo que tenemos que hacer es enforcarnos en no darle opciones a un jugador con esa capacidad”, agregó el portero. “Es un reto lindo e importante, pero no sólo para mi sino para mis compañeros”.
