ATENAS (AP) — La economía de Grecia crecerá 1,8% el año próximo, según el presupuesto del país para el 2023, un poco menos de lo proyectado el mes pasado y en momentos en que se sienten los efectos de los altos precios de los energéticos y la inflación.
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El presupuesto definitivo del 2023, entregado el lunes al Parlamento, es el primero en 12 años que elabora Grecia sin la supervisión de acreedores europeos impuesta durante la crisis financiera.
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Si bien el crecimiento económico previsto para el próximo año es un poco menor al 2,1% vaticinado el mes pasado, el presupuesto calcula que la cifra para este año será un poco mejor, de 5,6%, comparado con el 5,3% previsto en el borrador.
“El presupuesto de 2023 fue elaborado bajo condiciones de gran incertidumbre debido a acontecimientos geopolíticos a nivel global”, dijo el Ministerio de Hacienda en una declaración citando la crisis energética, la inflación, el aumento de los gastos médicos por la pandemia del COVID-19 y una mayor necesidad en el área de defensa.
La macroeconomía griega enfrenta riesgos “vinculados principalmente a desafíos geopolíticos, la guerra en Ucrania, las condiciones en cuanto al suministro de gas natural a Europa, los precios de los combustibles y la política monetaria europea”, expresó el ministerio.
Los riesgos surgen en momentos en que Grecia se ha recuperado gradualmente de una crisis financiera que la dejó dependiente de paquetes de rescate de países de la eurozona y del Fondo Monetario Internacional. A cambio de esa asistencia, Atenas se vio obligada a aplicar profundos recortes de gastos, incluyendo pensiones y salarios.
La crisis dejó a Grecia sin una cuarta parte de su economía, hundiéndola en una depresión en que aumentó la pobreza y disparó el desempleo a 27%.
Actualmente la inflación está causando efectos nocivos, desatando protestas a inicios de noviembre en Grecia y en otros países europeos en meses recientes.
El presupuesto de Grecia proyecta que la inflación básica bajará de 9,7% este año a 5% el año próximo. También proyecta un superávit primario —el balance anual antes de gastos por servicio de deuda— del 0,7% del producto interno bruto para el próximo año, comparado con 1,6% el año actual.