Fiscales federales pidieron a un juez sentenciar a la desacreditada directora general de Theranos, Elizabeth Holmes, a 15 años en prisión, bajo el argumento de que se merece una larga condena en prisión dado que su inmensa conspiración timó a inversores millones de dólares al convencerlos falsamente de que su empresa había desarrollado un revolucionario dispositivo para pruebas sanguíneas.
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Al calificar el caso como “uno de los delitos de cuello blanco más sustanciales que Silicon Valley o cualquier otro distrito haya visto”, los fiscales rechazaron categóricamente la explicación que los abogados de Holmes dieron de que su clienta fue injustamente victimizada, en parte por la cobertura mediática.
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Holmes deberá comparecer el 18 de noviembre ante un tribunal federal en San José, California, para ser sentenciada, casi un año después de ser condenada por tres cargos de delitos por medios electrónicos y un cargo de delito de conspiración para cometer fraude. Podría pasar 20 años en prisión por cada cargo.
“Ella optó reiteradamente por las mentiras, la publicidad y la posibilidad de obtener miles de millones de dólares en lugar de la seguridad de los pacientes y una negociación justa con los inversores”, escribió Robert S. Leach, asistente del fiscal federal, en un informe de 46 páginas presentado el viernes. "Los delitos de Elizabeth Holmes no fueron errores, fueron mentiras. Mentiras en el contexto más serio, en donde todos necesitaban que dijera la verdad”.
Los abogados de Holmes presentaron un documento de 82 páginas la noche del jueves pidiendo una sentencia indulgente de no más de 18 meses, argumentando que su reputación estaba destruida permanentemente y eso la convierte en una “caricatura para burlarse y denigrar”.
Además de pedir que Holmes reciba una larga sentencia en prisión, los fiscales solicitaron que la mujer de 38 años pague 803.840.309 dólares en restitución por su participación en la conspiración de años que la convirtió en una de las empresarias más respetadas y ricas de Estados Unidos.
“Abusaba de la esperanza de sus inversores de que una joven y dinámica empresaria había cambiado el sistema de salud. Aprovechó la credibilidad de su distinguida junta”, escribió Leach. “Y, a través de su engaño, obtuvo fama espectacular, adoración y una riqueza de miles de millones de dólares”.