ATENAS (AP) — Cuatro países de la Unión Europea emitieron una declaración conjunta sobre una disputa por un acuerdo para que Europa ayude colectivamente a los solicitantes de asilo.
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En su declaración del sábado, Italia, Grecia, Malta y Chipre reiteraron sus posiciones de que no pueden “respaldar la noción de que los países de primera entrada son los únicos lugares posibles de asentamiento para los inmigrantes sin autorización legal”. Añadieron que la cifra de migrantes aceptados por los otros países de la UE “representa apenas una fracción muy pequeña del número real de arribos irregulares”.
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Los cuatro países condenaron las operaciones de barcos de rescate de grupos caritativos privados que “actúan con autonomía completa de las autoridades estatales pertinentes” para salvar a centenares de migrantes rescatados en alta mar.
El nuevo gobierno de ultraderecha de Italia estaba trabado en una confrontación con los grupos humanitarios que rescatan a migrantes en el Mediterráneo central. Argumentó que los países bajo cuyas banderas navegan los barcos deben aceptar a los migrantes, no Italia, una postura rechazada vehementemente por los grupos, expertos legales y activistas de derechos humanos.
Tras ignorar pedidos reiterados de puerto seguro, Italia dirigió tres barcos con migrantes rescatados a puertos en el sur del país, seleccionando al inicio para desembarco solamente a aquellos migrantes que consideraba vulnerables, incluyendo a menores y personas con problemas médicos urgentes. Eventualmente, todos fueron autorizados a ingresar a Italia. Pero un cuarto barco, el Ocean Viking, permaneció en aguas internacionales y eventualmente se dirigió a Francia, atracando en el puerto de Tolón.
El episodio con el Ocean Viking causó una disputa diplomática entre Italia y Francia, luego que la primera ministra italiana Giorgia Meloni le agradeció a París la recepción de los migrantes antes que Francia hubiese aceptado hacerlo.
El ministro del Interior francés Gerard Darmanin anunció entonces la salida de Francia de un mecanismo de “solidaridad” aprobado en junio para reducir las presiones sobre países como Grecia, Italia y España para aceptar a solicitantes de asilo. Las autoridades francesas además anunciaron nuevos controles fronterizos con Italia.