CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — El Congreso de Guatemala aprobó el mayor presupuesto de su historia -que ronda los 16.000 millones de dólares- en un año preelectoral con apoyo del oficialismo y denuncias de la oposición de que el trámite fue poco transparente.
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El presupuesto fue aprobado la noche del miércoles por 111 votos de los 160 diputados del Congreso y según el presidente Alejandro Giammattei “permitirá continuar por la senda de la transformación del país, ampliar los programas y proyectos productivos de beneficio para la población vulnerable y fortalecer el poder local”.
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Pero diputados opositores y organizaciones sociales denunciaron la poca transparencia en su discusión y elaboración.
Samuel Pérez, diputado del opositor partido Semilla, que integra la Comisión de Finanzas del Congreso, explicó que de un dictamen de 150 páginas sólo se leyeron siete e inmediatamente se aprobó la propuesta para enviarla al pleno del Congreso. “En realidad nadie leyó el dictamen con enmiendas, no tenían idea de qué estaban aprobando”, dijo Pérez.
El diputado opositor explicó que hay, por ejemplo, poco más de 5.000 millones de dólares destinados a una partida llamada “Obligaciones a cargo Tesoro” que asigna dinero a organizaciones vinculadas con diputados, municipalidades y Consejos Comunitarios de Desarrollo.
“La estrategia es darle dinero a los alcaldes para que hagan campaña electoral el próximo año, 308 alcaldes de los 340 del país firmaron y enviaron una carta apoyando para que el Congreso aprobara el presupuesto”, sostuvo Pérez.
El 25 de junio de 2023 los guatemaltecos elegirán presidente, diputados y alcaldes de todo el país.
Otro de los rubros que recibió una suma elevada fue el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, a cargo de la obra pública. “En el país las carreteras están destruidas por falta de mantenimiento, del presupuesto del año pasado sólo se ejecutó menos del 50%, hay derrumbes, se hacen hoy y se parten las carreteras y aún así se asigna un gran presupuesto”, dijo Pérez. Agregó que el año pasado se redujeron los mecanismos de fiscalización como la instalación de cámaras para ver los avances en la construcción de obras públicas.
Durante el debate un diputado de un partido aliado del oficialismo votó en estado de ebriedad y debió ser asistido por otros legisladores para bajar las gradas y salir del recinto. El jueves pidió disculpas por su accionar.
Varios trabajadores de la salud que se manifestaban a las afueras del Congreso mantuvieron retenidos a los legisladores que fueron escoltados por la Policía Nacional Civil para poder retirarse del lugar.