MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El nuevo líder de la junta, Ibrahim Traoré, ha firmado un decreto que incluye una remodelación con cambios en los ministerios de Industria y Comercio y de Vivienda, en los que han sido cesados Donatien Nagalo y Yacouba Dié, respectivamente.
Los nombramientos hace dos semanas de Nagalo y Dié fueron recibidos con críticas por su supuesta mala praxis cuando estaban al frente del Sindicato de Comerciantes y de la aplicación de un proyecto de viviendas del anterior gobierno, lo que ha forzado al primer ministro a apartarlos de sus cargos.
De esta forma, Kyelem de Tambela ha puesto a Serge Gnaniodem Poda al frente de Industria y Comercio y a Mikailou Sidibé al frente de Vivienda, tal y como ha recogido el portal burkinés de noticias Burkina 24. La formación del nuevo Gobierno de transición fue anunciada el 25 de octubre.
Por otra parte, el Gobierno burkinés ha señalado que más de 25.000 personas se han alistado como 'voluntarios' para apoyar a las fuerzas de seguridad en su lucha contra el terrorismo, tras una campaña de reclutamiento iniciada a finales de octubre.
Las autoridades militares indicaron entonces que el objetivo era sumar a filas a 15.000 'voluntarios' a nivel nacional y otros 35.000 a nivel comunitario para luchar contra el deterioro de la situación de seguridad por el aumento de los ataques yihadistas.
"La operación (de reclutamiento) continuará hasta el 18 de noviembre y, ante el entusiasmo registrado, el Consejo de ha dado instrucciones para simplificar los trámites para facilitar la inscripción del mayor número de personas posible", ha dicho el Gobierno a través de un comunicado publicado en su página web.
La asonada, considerada un 'golpe palaciego' por parte de un sector de la junta militar enfrentado a Damiba --quien ha huido a Togo--, tuvo lugar ante el continuo deterioro de la situación de seguridad y los atentados por parte de grupos yihadistas.
Burkina Faso ha experimentado en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, con ataques obra tanto de la filial de Al Qaeda como la de Estado Islámico, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.