BUENOS AIRES (AP) — Hay momentos en la carrera de un futbolista que un paso atrás puede convertirse en un fuerte envión para lo que viene. Luis Suárez da fe de ello.
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A pocos meses del Mundial, el delantero de 35 años estaba sin club y pese a contar con ofertas de ligas más competitivas, regresó al punto de partida: Nacional de Uruguay, donde debutó profesionalmente. Este domingo firmó un doblete en el triunfo de El Bolso por 4-1 ante Liverpool para consagrarse campeón local.
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Con 15 años de carrera ininterrumpida en Europa (Ajax, Liverpool, Barcelona y Atlético de Madrid), el Pistolero entendió que el club uruguayo era la opción conveniente para llegar de la mejor forma al cuarto y último Mundial de su carrera.
“Siempre te genera dudas a la hora de tomar este tipo de resoluciones, que sea lo correcto, pero festejar con nuestra gente, con mi familia, no tiene precio”, reconoció en medio de las celebraciones por el título. “Soy consciente que me tenía que autopresionar (sic) para intentar rendir, estar a la altura de Nacional y demostrar que seguía con ganas, y llegar al máximo a Qatar”.
Sus goles en la final uruguaya fueron de gran categoría. En el primero, para el 1-0 parcial, hizo un recorte para colar el balón entre las piernas. Y en el segundo, para el 2-1, definió de media altura.
Suárez, que anotó ocho goles para Nacional tras debutar a inicios de agosto, confirmó que no continuará tras la Copa del Mundo. Se dice que su probable destino sería la MLS de Estados Unidos.
En Qatar, Suárez se perfila para jugar como centro delantero, acompañado por Edinson Cavani — otro que va para su cuarto Mundial, y Darwin Núñez, la nueva promesa que se abre paso con el Liverpool de la liga inglesa.
Diego Alonso, entrenador de Uruguay, puede respirar tranquilo a pocos días del comienzo del mundial: dispone de Suárez sin lesiones a cuestas y con la pólvora cargada.
LAS CUENTAS DE MESSI
Lionel Messi llega encendido al Mundial.
Con 12 goles en sus últimos 10 partidos con su club y la selección, el delantero argentino atraviesa su mejor momento desde que desembarcó en el Paris Saint-Germain tras una traumática salida del Barcelona el año pasado.
Sus números lo dicen todo. Siete goles en la liga francesa, superando el acumulado de su primera campaña en el PSG; cuatro tantos en cuatro partidos de la Liga de Campeones; nueve en sus últimos tres compromisos con Argentina, incluyendo todos los cinco en la paliza propinada a Estonia en junio.
Su último — en la victoria 4-3 ante Troyes el sábado — fue un gon con el sello de la Pulga.
Descolgado de los zagueros, mientras sus compañeros circulaban el balón, Messi abrió algo de espacio afuera del área. Viendo de reojo a sus espaldas antes que el esférico llegara a sus pies, supo que tenía tiempo para dominarlo de un toque antes de sacar un sablazo rasante desde 25 metros al ángulo.
Messi también lidera el campeonato francés con nueve asistencias, y lleva otras tres en la Champions. Este rendimiento ha hecho recordar al mejor Messi con el Barcelona.
ALARMAS EN EEUU
Weston McKennie es el más reciente jugador de Estados Unidos que sufre una lesión que pone a temblar a Estados Unidos a tres semanas del Mundial.
El volante de la Juventus tuvo que retirarse con problemas en el muslo tras el primer tiempo de la victoria 1-0 en Lecce el sábado por la Serie A. El deportivo italiano Gazzetta dello Sport informó que el jugador de 24 años tendría para dos semanas de baja, al filo de la expedición a Qatar.
McKennie, de 24 años, ensancha una lista de estadounidenses que arrastran dolencias. El técnico Gregg Berhalter tiene previsto anunciar su plantel el 9 de noviembre.
El arquero Matt Turner se perdió su segundo partido con Arsenal el domingo debido a una molestia en la ingle; el delantero Josh Sargent no pudo jugar con Norwich el sábado por una dolencia en la pantorrilla; y el Celta de Vigo confirmó el viernes que el volante Luca de la Torre sufrió una rotura fibrilar en el bíceps femoral de su pierna izquierda y estará fuera durante tres semanas.