MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
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De este modo, si bien la institución liderada por Elvira Nabiullina considera que la "movilización parcial" servirá "como freno" a la demanda de los consumidores y a la inflación en los próximos meses, alerta de que "sus efectos subsecuentes serán pro-inflacionarios", ya que se suma a las restricciones del lado de la oferta.
En este sentido, señala que una proporción significativa de empresas todavía se enfrenta a dificultades en la producción y la logística, mientras que se están incrementando las restricciones en el mercado laboral, impulsadas en parte por la "movilización parcial".
"Si bien la movilización parcial puede crear principalmente una presión desinflacionaria en los próximos meses debido a la débil demanda de los consumidores, sus efectos posteriores serán proinflacionarios, ya que se suma a las restricciones del lado de la oferta en la economía en general", explica.
En cuanto a la evolución económica, el Banco de Rusia ha destacado que la inflación anual continúa desacelerándose gradualmente, lo que permitió que en septiembre se moderase al 13,7 por ciento desde el 14,3 por ciento de agosto. Según los últimos datos, registrados el pasado 21 de octubre, la inflación era del 12,9 por ciento.
De cara al conjunto del año, la entidad espera que la tasa de inflación anual de Rusia oscile entre el 12 y el 13 por ciento en 2022 para desacelerarse a un rango de entre el 5 y el 7 por ciento en 2023 y regresar al objetivo del 4 por ciento en 2024.
Asimismo, en su escenario de referencia, prevé una contracción del PIB del 3 al 3,5 por ciento en 2022 y que en 2023 la tasa de crecimiento del PIB siga siendo negativa, con una horquilla de contracción de entre el 4 y el 1 por ciento, aunque confía en que el PIB vuelva a crecer en la segunda mitad del próximo año para alcanzar un ritmo de expansión del 1,5 por ciento en 2024 y del 2,5 por ciento en 2025.