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AP Explica: sistemas de votación en EEUU son confiables

ARCHIVO - Un trabajador del condado carga boletas por correo en un escáner que registra los votos en un área de tabulación en el Departamento de Elecciones del Condado de Clark, el 29 de octubre de 2020, en Las Vegas. Las pruebas antes y después de la AP (John Locher/AP)

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ATLANTA (AP) — El expresidente Donald Trump y sus aliados han lanzado una incesante campaña de ataques contra los equipos de votación desde su derrota en las elecciones de 2020. Tras casi dos años, no ha surgido evidencia de que las máquinas de votación fueran manipuladas para robar la elección o de que hubo un fraude generalizado.

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No obstante, las teorías conspirativas difundidas en línea y en foros de todo el país han socavado la confianza del público en las máquinas de votación y en los resultados de las elecciones y a la vez llevaron a algunos condados a considerar deshacerse del equipo en favor de papeletas marcadas y contadas a mano.

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Las elecciones se han llevado a cabo en todo el país este año durante una temporada primaria muy atareada. Aunque los errores de programación ocurren a veces y el equipo puede fallar, no se han reportado problemas importantes. El equipo de votación es probado antes y después para identificar cualquier problema, mientras las auditorías realizadas después de la elección confirman que funcionó correctamente.

The Associated Press explica cómo llegamos a este punto, los esfuerzos para incrementar la seguridad del voto y las consecuencias de las afirmaciones falsas en torno de las elecciones presidenciales de 2020.

TECNOLOGÍA DE VOTACIÓN EN USO EN ESTADOS UNIDOS

Los tipos de equipos de votación utilizados a lo largo de Estados Unidos varían según la ubicación. Para la votación en persona, la mayoría de las personas llenan las papeletas a mano y esas papeletas se insertan en un tabulador electrónico. En muchos casos esto sucede en el lugar de votación. En otros lugares las papeletas se recogen en un buzón de votación seguro, con reglas que rigen la cadena de custodia, y se llevan a una oficina electoral para la tabulación electrónica.

En algunos sitios los electores utilizan una computadora especializada para marcar sus papeletas electrónicamente. Esas papeletas se imprimen, son revisadas por el votante para asegurar su precisión y después insertadas en un tabulador en su lugar de votación. Una demanda en Georgia está impugnando el uso de estas máquinas de “marcado de papeletas” porque utilizan códigos de barras para registrar los votos.

Los tabuladores también cuentan las papeletas enviadas por correo en una oficina electoral local. Un pequeño número de jurisdicciones, en su mayoría en pequeñas ciudades de Nueva Inglaterra, no utilizan tabuladores y cuentan sus papeletas a mano.

¿CÓMO HA CAMBIADO ESTO A LO LARGO DE LOS AÑOS?

Después del caos de las papeletas mal perforadas de las elecciones de 2000 (los llamados “hanging chads”), el Congreso proporcionó dinero para mejorar el sistema de votación. Muchas jurisdicciones optaron por máquinas de votación electrónicas para reemplazar sus sistemas de papeletas perforadas. Pero esas máquinas no producían un registro en papel: en su lugar, todos los votos fueron emitidos y registrados electrónicamente.

Durante años, los expertos en seguridad electoral expresaron su preocupación por estas máquinas de “registro directo” y la posibilidad de que alguien las manipulara. Un método más seguro, dicen, es un sistema que utiliza papeletas de papel y tabulación electrónica con revisiones y pruebas posteriores a las elecciones para garantizar que las máquinas registraron fielmente las elecciones de los votantes.

Durante la última década los gobiernos estatales y locales comenzaron a reemplazar sus máquinas sin respaldo en papel, un proceso que se aceleró después de las elecciones de 2016 y las revelaciones de que Rusia había escaneado los sistemas de votación de Estados Unidos en busca de vulnerabilidades. Actualmente, las máquinas sin respaldo en papel se utilizan sólo en Luisiana y en unas cuantas jurisdicciones en Indiana, Mississippi, Nueva Jersey, Tennessee y Texas, según Voto Verificado, un grupo que rastrea la tecnología de votación en Estados Unidos.

RECLAMOS POSTERIORES A LAS ELECCIONES DE 2020

En las semanas posteriores a las elecciones de 2020 Trump y sus aliados hicieron numerosas afirmaciones sin fundamento sobre las máquinas de votación, incluido que su programa de cómputo se creó en países extranjeros y se diseñó para cambiar los votos por los candidatos deseados: “Con girar un mando o cambiar un chip, puedes presionar un botón para Trump y va a Biden”, dijo Trump en un discurso el 2 de diciembre.

Estas afirmaciones se han centrado en gran medida en Dominion Voting Systems, una de las pocas compañías que dominan el mercado de tecnología de votación de Estados Unidos. En respuesta, Dominion ha presentado demandas por difamación contra las empresas de medios conservadores y los abogados de Trump, Sidney Powell y Rudy Giuliani, y ha dicho que “las mentiras y la desinformación han dañado gravemente a nuestra empresa y han disminuido la credibilidad en las elecciones estadounidenses”.

Pero en lugar de disiparse, las conspiraciones en torno a las máquinas de votación no han hecho más que crecer. Los aliados de Trump han viajado por el país para hablar en conferencias y con grupos comunitarios armados con algoritmos y gráficos que pretenden mostrar que las máquinas han sido manipuladas de alguna manera.

Kevin Skoglund, experto en tecnología electoral, dijo que parte del reto es que los sistemas de votación son complejos. Es comprensible que algunas personas hayan sido persuadidas de que sucedió algo nefasto cuando no fue así.

“Si eres una persona que no es técnica, si alguien te dice que las máquinas te están engañando, podrías creerlo porque no entiendes cómo funcionan los sistemas”, dijo Skoglund.

¿SON SEGUROS LOS SISTEMAS DE VOTACIÓN?

Cualquier dispositivo que funcione con un programa de cómputo -un celular, una computadora portátil o un sistema de votación- es vulnerable a la piratería informática. Es por eso que los expertos electorales han presionado para que las máquinas de votación sin respaldo en papel sean reemplazadas.

Los expertos dicen que Estados Unidos ha tomado medidas para mejorar la seguridad electoral en los últimos años. Eso incluye designar a los sistemas de votación de Estados Unidos como “infraestructura crítica” en 2017 -a la par de los bancos, represas y plantas de energía nuclear de la nación-.

El Congreso ha enviado a los estados casi 900 millones de dólares en fondos de seguridad electoral, que se han utilizado para reemplazar sistemas de votación obsoletos, contratar personal de seguridad cibernética y reforzar las defensas de seguridad cibernética.

“No existe ningún sistema invulnerable”, dijo Larry Norden, un experto en seguridad electoral del Centro Brennan para la Justicia. “Eso no significa que no podamos hacerlo mejor. Siempre debemos buscar cómo podemos hacerlo mejor, pero no se puede eliminar el riesgo”.

LAS AFIRMACIONES FALSAS AVIVAN LAS DUDAS Y PREOCUPACIONES DE SEGURIDAD

Las afirmaciones falsas no sólo han socavado la confianza pública en las elecciones. También han causado brechas de seguridad en algunas oficinas electorales locales en Colorado, Georgia y Michigan.

Poco después de las elecciones de 2020, los aliados de Trump aprovecharon un error de programación en un condado de Michigan y a través de los tribunales obtuvieron acceso legal a su sistema de votación. Pero una copia del sistema de gestión de elecciones del condado estuvo disponible en un evento de agosto de 2021 organizado por un aliado de Trump, el director ejecutivo de MyPillow, Mike Lindell, según los asistentes.

En ese evento también se presentó una copia del sistema utilizado en el condado de Mesa, Colorado. Recientemente, surgieron detalles de otra presunta violación: en el condado de Coffee, Georgia, cuando los aliados de Trump buscaban las maneras de anular el resultado de las elecciones presidenciales en enero de 2021. Las autoridades de Michigan investigan luego de que los equipos de votación en un puñado de condados se pusieran a disposición de personas no autorizadas.

Esos acontecimientos han generado preocupaciones de que trabajadores electorales deshonestos que simpatizan con las conspiraciones podrían usar su acceso al equipo de votación y el conocimiento para lanzar un ataque desde el interior. Un trabajador electoral en Michigan fue acusado recientemente de insertar una memoria USB personal en un registro de votantes electrónico durante las elecciones primarias del estado, mientras las autoridades de Colorado investigan un caso en el que un votante es sospechoso de manipular una máquina de votación a principios de este año.

Jen Easterlar, directora de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de Estados Unidos (CISA, por sus siglas en inglés), dijo a los periodistas el 3 de octubre que las amenazas a la seguridad de las elecciones nunca han sido más complejas -y citó la desinformación, amenazas internas y acoso a los trabajadores electorales-.

LA ELECCIÓN “MÁS SEGURA”

Después de la elección presidencial de 2020 una coalición de funcionarios electorales y de seguridad cibernética federales, junto con funcionarios electorales estatales y representantes de las compañías de máquinas de votación, emitieron un comunicado en el que la calificaron como “la más segura en la historia de Estados Unidos”.

El grupo dijo que “no había evidencia de que ningún sistema de votación eliminara o perdiera votos, cambiara votos o se viera comprometido de alguna manera”.

Esto se debió en gran parte a los registros en papel disponibles de aproximadamente el 93% de todos los votos emitidos y un sistema de controles postelectorales para probar la precisión de los tabuladores electrónicos. En Georgia, el voto presidencial se contó tres veces -una de ellas completamente a mano- y cada conteo confirmó la victoria del presidente Biden en el estado.

“No importa lo que suceda en la máquina”, dijo Norden, del Centro Brennan. “Tenemos un papel que nos dice si los votos se registraron con precisión”.

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El periodista de tecnología de The Associated Press Frank Bajak, en Lima, Perú, contribuyó a este artículo.

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