QUITO (AP) — En medio de los estrictos confinamientos por la pandemia, Gustavo Alfaro fue designado de urgencia como técnico de Ecuador. Como todo en esos días, la presentación del argentino fue virtual.
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Alfaro fue la solución de apuro para reemplazar a Jordi Cruyff, quien renunció sin haber dirigido un solo partido y ni siquiera un entrenamiento debido al caos provocado por el COVID-19.
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Tras dejar la dirección del emblemático club argentino Boca Juniors, Alfaro tomaba las riendas de un equipo con una prometedora camada de jugadores que un año previo alcanzó el tercer puesto del Mundial Sub20 de 2019 en Polonia.
Pero la Tri también venía precedida por una calamitosa actuación en la Copa América disputada ese mismo año en Brasil, hundiéndose en el último lugar de su grupo, resultado que precipitó la salida de Hernán Darío Gómez, colombiano que dos décadas atrás fue artífice de la primera clasificación mundialista de Ecuador.
“Es una selección que tiene más futuro que presente”, dijo Alfaro en su primera comparecencia. “Me gustaría ser parte de ese proceso”.
Alfaro, quien dejó la ingeniería química por el fútbol, encontró la amalgama correcta de experiencia y juventud para afrontar el tortuoso trayecto de las eliminatorias sudamericanas.
Después de desmoronarse en la recta final de las eliminatorias de Sudamérica para Rusia 2018, Ecuador se clasificó de forma directa. Acude a la cuarta Copa del Mundo de su historia, todas a partir de 2002. Serán animadores del partido inaugural contra el anfitrión Qatar el 20 de noviembre.
EL RECAMBIO
Derrochando despliegue físico, Ecuador le sacó rédito a la altura de Quito — 2.850 metros sobre el nivel del mar. Facturaron 18 de sus 26 puntos como local.
No encontrarán esas condiciones en Qatar. Tampoco es un equipo con un juego vistoso, pero que rebosa oficio y es peligroso cuando ataca por las bandas o contragolpea.
El centrocampista Moisés Caicedo, el central Piero Hincapié, el extremo Gonzalo Plata y el lateral izquierdo Pervis Estupiñán son las figuras destacadas de la nueva generación. Con edades que van de los 20 a los 24 años, todos militan en clubes de Inglaterra, España y Alemania.
“El fútbol ecuatoriano está en un momento histórico. El futbolista ecuatoriano está de moda", dijo Alfaro en septiembre. “Están haciendo muy bien las cosas en Europa. Ecuador siempre tuvo generaciones muy buenas de jugadores pero estos chicos tienen la responsabilidad de ir abriendo caminos para los que viene atrás”.
A sus 32 años, el capitán Enner Valencia aporta veteranía y liderazgo. Se mantiene vigente jugando para el popular club turco Fenerbache. También sigue el portero Alexander Domínguez (34 años) y el atacante Ángel Mena (33).
Alfaro no se conforma con la mera clasificación.
“Pretendemos que Ecuador sea una de las tres mejores selecciones de Sudamérica y eso no se va a lograr de la noche a la mañana”. dijo. “Siento que Ecuador es una tierra fértil y tenemos que hacer que la presencia en una Copa del Mundo no sea anecdótica sino una obligación”.
PÓLVORA MOJADA
Los últimos dos partidos amistosos de Ecuador antes del Mundial evidenciaron que sus delanteros, especialmente Valencia, andan con la pólvora mojada, tanto así que este no pudo convertir ni siquiera de penal.
En el primer cotejo, disputado en España el 23 de septiembre, el combinado ecuatoriano dominó el juego ante Arabia Saudí y lució sólido en defensa. Contra Japón cuatro días después en Alemania, el trámite fue más parejo, pero con similar característica, Ecuador no logró anotar goles.
El error de Valencia, hacia el final del partido, provocó una oleada de críticas y llamados de atención de la prensa deportiva y la afición.
Mena, Michael Estrada, Renato Ibarra y Djorkaeff Reasco son las otras opciones de ataque.
“Convertir un gol no depende, obviamente, del punta central, depende de todo el equipo", dijo Alfaro.
Añadió que es mejor que los problemas se evidencien antes del Mundial porque aún hay tiempo de buscar soluciones.
CASO CASTILLO
También ronda sobre el equipo la sombra del reclamo de Chile y Perú por la nacionalidad del volante Byron Castillo.
Luego que Ecuador aseguró la clasificación a fines de marzo, la federación chilena presentó un reclamo formal por la supuesta alineación indebida de Castillo, impugnando su nacionalidad colombiana y no ecuatoriana.
El reclamo llegó a la FIFA, que en dos instancias lo desechó y ahora junto a Perú, Chile ha presentado el caso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, instancia final de la justicia deportiva al que ha pedido resolver la situación antes del mundial, con la esperanza de obtener el cupo de Ecuador.
El caso de Castillo, que juega en el club mexicano León, originalmente fue procesado e investigado en Ecuador, cuyas autoridades determinaron que es ecuatoriano.
Más allá de las dudas, uno de los referentes del cuadro ecuatoriano, Mena dijo que “Ecuador tiene con qué y va a luchar para hacer el mejor mundial que ha jugado” con la meta de pasar de octavos de final.