DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Una ciudad del este de Irán que fue escenario de una sangrienta represión el mes pasado se despertó el sábado con las consecuencias de los nuevos disturbios registrados en la víspera, según reportó la televisora estatal.
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Las protestas registradas tras las oraciones del viernes causaron destrozos en Zahedan, una ciudad del sureste del país con una población de etnia baluchi. Las tiendas se abrían directamente a la calle con los escaparates destrozados; las aceras estaban llenas de vidrios rotos; los cajeros automáticos presentaban daños y los equipos de limpieza barrían los escombros de los establecimientos vandalizados.
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El nuevo estallido en Zahedan se produjo mientras en el resto resto del país siguen las manifestaciones por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, el pasado 16 de septiembre cuando estaba bajo la custodia de la policía de la moral. Aunque en un primer momento las protestas se centraron en la obligación de que las mujeres se cubran la cabeza con hiyab, se han convertido en el mayor desafío a la República Islámica desde el Movimiento Verde surgido en 2009 tras unas disputadas elecciones. Las fuerzas de seguridad han dispersado las concentraciones con munición real y gas lacrimógeno, lo que dejó más de 200 fallecidos, según grupos de derechos.
La violencia en la convulsa ciudad de Zahedan surgió por primera vez el 30 de septiembre, un día que activistas describen como el más letal desde el inicio de las protestas. La indignación se propagó tras las acusaciones de que una adolescente baluchi había sido violada por un agente de policía, avivando las arraigadas tensiones en la región subdesarrollada que alberga a una minoría suní dentro de la teocracia chií.
Con la rabia a flor de piel tras la letal represión, los disturbios volvieron a estallar el viernes, según imágenes de video que mostraban supuestamente a multitudes tras el rezo del mediodía coreando “¡Mataré a quien mató a mi hermano!”. El alcance de los enfrentamientos no estuvo claro de inmediato, pero la televisora estatal emitió imágenes de las consecuencias y culpó a 150 “alborotadores” de los destrozos.
Por su parte, la agencia noticiosa estatal IRNA señaló que los manifestantes gritaron consignas, arrojaron piedras a los conductores y causaron destrozos en bancos y otras propiedades privadas. Las autoridades reportaron la detención de 57 personas, entre las miles que se estima que fueron encarceladas debido a las protestas. El comandante de la policía de la provincia, Ahmad Taheri, indicó que se busca a más culpables.