BRUSELAS, 21 (EUROPA PRESS)
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En un debate estratégico sobre las relaciones con el gigante asiático, los jefes de Estado y de Gobierno se han encerrado tres horas sin teléfonos móviles para una discusión de la que no salen cambios profundos sobre el acercamiento a Pekín pero sí la voluntad de dejar atrás una cierta inocencia europea sobre China.
"Asistimos a una transformación geopolítica y en este momento de transición es importante tener las ideas claras. Es una cuestión de unidad pero también de potencia", ha asegurado en rueda de prensa desde Bruselas el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
A juicio del ex primer ministro belga, los dirigentes europeos han expresado la "voluntad clara" de no ser "naif" con China, aunque ha evitado alimentar la lógica de la confrontación sistemática.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha confirmado los recelos europeos hacia China en medio de la "aceleración de las tendencias" internacionales. Así, ha apuntando a que el Partido Comunista Chino, que celebra estos días su XX congreso, continúa su "curso asertivo" y la "misión de dominación" en la región asiática, en referencia a la retórica militar sobre Taiwán.
Las relaciones entre Moscú y Pekín, consolidadas con el acuerdo sellado entre sus presidentes, Xi Jinping y Vladimir Putin, respectivamente, justo antes de la invasión en Ucrania, despiertan también desconfianza en la UE. "Esto afectará a las relaciones con China", ha avisado Von der Leyen.
La conservadora alemana ha llamado a estar "vigilantes" sobre las dependencias existentes en materia de suministros tecnológicos y de materias primas, avisando de que Europa tiene que diversificar los proveedores y aumentar la capacidades de producción en su territorio.
VIAJE DE SCHOLZ A CHINA
En este contexto de repensar las relaciones de la UE con China, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha defendido su próximo viaje al país asiático porque "está bien cuidar las relaciones internacionales" y porque, ha advertido, no ha oído "voces en Europa que defiendan la 'desglobalización'".
Scholz ha concedido que China y los países europeos tienen "ideas completamente distintas de sociedad y buen gobierno", pero que los Veintisiete están unidos en la defensa de los derechos fundamentales y que "nadie que haga negocios" con el bloque debe hacerse "ilusiones" respecto a que dejarán de lado esos valores. Con todo, ha añadido, en un mundo "multipolar" los países de la UE no deben centrarse en las relaciones con uno sólo.
"Tres horas de debate intenso para aclarar el camino que la UE quiere poder recorrer con China, sin ingenuidad pero con autonomía para elegir su camino", ha afirmado el presidente francés, Emmanuel Macron, sobre el debate mantenido con los socios europeos.
Según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, situaciones como la pandemia evidenciaron las "dependencias extraordinarias" que tiene Europa con el gigante asiático, que le hacen "vulnerable".
En este sentido, ha abogado por una política exterior "mucho más inteligente" del bloque europeo que diversifique las relaciones con África o América del Sur. "España defiende una doble aproximación, es un rival, competidor y necesario colaborador en retos como el cambio climático", ha subrayado, recordando la línea común de la UE sobre Pekín que por el momento se mantiene intacta.
Antes de la reunión, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, ha puesto el acento en que la UE trate a a China como "un rival sistémico" y hable con una sola voz, dejando a un lado formatos alternativos y "acuerdos por separado" con Pekín. "Creo que con China es lo mismo que con Rusia. Les conviene que estemos divididos. Está en nuestro interés que estemos unidos y hablemos con una sola voz", ha resumido.