MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
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El Ministerio de Defensa tiene programada una inversión de casi 11.000 millones de euros para la adquisición de nuevos aviones de combate para las Fuerzas Armadas, 220 millones en 2023, aunque evita aclarar aún cuál será el modelo elegido.
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En una comparecencia en el Congreso, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, ha detallado el "histórico" presupuesto previsto para Defensa en el proyecto para 2023 presentado por el Gobierno.
En total, el gasto militar crece un 25,8 por ciento respecto al año pasado, hasta superar los 12.800 millones de euros. Sin embargo, el mayor aumento se produce en los denominados planes especiales de modernización, dedicados a la compra de armamento, a los que se destinan 4.900 millones, un crecimiento del 72 por ciento.
En este apartado se incluyen para 2023 un total de 220 millones para la renovación de aviones caza, unos programas que ascienden hasta los 10.750 millones en los próximos años.
LOS HARRIER Y LOS F-18
En concreto, un apartado se dedica al 'avión sustituto del AV-8B y C.15M-2ª Fase', que afecta a los aviones Harrier de la Armada y F-18 del Ejército del Aire. Este programa está dotado con 90 millones para 2023 en un montante global de 6.250 millones.
El segundo apartado se dedica 'avión sustituto del C.15M', también F-18 del Ejército del Aire y del Espacio; que cuenta con un presupuesto de 130 millones el próximo año dentro de un programa global de 4.500 millones.
Pese a ello, Valcarce ha evitado concretar cuál será el modelo elegido para componer la próxima flota de aviones caza de la Armada y del Ejército del Aire y ha dejado en suspense si se optará por los norteamericanos F-35 que reclama la Fuerza Naval debido a su capacidad de despegue vertical.
SE ELEGIRÁ LO MEJOR
"No quepa ninguna duda de que las Fuerzas Armadas y el Gobierno elegirán el mejor sustituto, pero hay que dejar trabajar a las Fuerzas Armadas, hay que dejar elegir el mejor", ha pedido la secretaria de Estado, que ha insistido en que la sustitución está incluida en el planeamiento de la defensa y también presupuestada y por tanto "se hará".
De los 4.900 millones previstos en los Presupuestos para programas de armamento, más de 3.000 millones dan continuidad a adquisiciones ya en marcha y otros 1.300 millones obedecen a 13 nuevos programas impulsados por el Ministerio de Defensa.
Valcarce ha sostenido que este gasto permitirá modernizar las capacidades de las Fuerzas Armadas, apoyar a la industria de defensa española, fomentar el desarrollo económico, la empleabilidad y el impulso a la I+D+i.
En concreto, ha asegurado que las inversiones previstas crearán 22.667 empleos directos o indirectos en toda España en el año 2023, con un efecto "tractor" para la economía nacional y con especial incidencia en las pequeñas y medianas empresas.
En este sentido, ha destacado las inversiones previstas para el futuro avión de combate europeo (FCAS), el Eurofighter, el avión de transporte A400M, el submarino S80, las fragatas F-110 o el vehículo blindado 8x8 para el Ejército de Tierra.
Pero además, ha destacado los casi 1.300 millones que se dedican a los 13 nuevos programas que se ponen en marcha y que incluyen la adquisición de catorce aviones de patrulla marítima, dos buques hidrográficos, misiles Spike o un sistema aéreo remotamente tripulado (RPAS).
AZAÑA, ZAPATERO Y SÁNCHEZ, ARTÍFICES DE LA MODERNIZACIÓN MILITAR
Este presupuesto ha recordado que se enmarca en el compromiso adquirido para alcanzar el 2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en inversión militar en el año 2029. Para 2023, ha concretado que se prevé llegar al 1,2%, algo que cree que marca "un antes y un después" en defensa después del "valle de la muerte" que ha reprochado que dejó el Partido Popular tras los Gobiernos de Mariano Rajoy y que "truncó inversiones que eran indispensables".
"Pero ahora estamos en el momento de la recuperación, de trabajar unidos por las Fuerzas Armadas", ha celebrado reivindicado que, quienes más han hecho en España por la modernización de los Ejércitos han sido los expresidentes Manuel Azaña, Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez.
En concreto, ha citado a Zapatero como "el presidente de la paz" que sacó a España de la "ilegal" guerra de Irak, mientras que ha reivindicado que Sánchez fue quien mejoró las retribuciones de los militares.
Los portavoces de la oposición han aplaudido el aumento en Defensa, pero han puesto en duda la veracidad de los datos incluidos por el Gobierno en el proyecto de Presupuestos y, por tanto, que sean unas cuentas creíbles.
DUDAS DE LA OPOSICIÓN
El diputado del PP Jesús Postigo ha dicho que su partido contempla la política de Defensa como una cuestión de Estado y así también actúa desde la oposición, pero ha insistido en que los Presupuestos son "absolutamente irrealizables" porque cuenta con cifras "que no son ciertas".
También el portavoz de Vox, Agustín Rosety, ha reconocido que ya era hora de un presupuesto "histórico" tras años de "atrasos", pero ha denunciado "enmascaramiento e incertidumbre" y ha señalado partidas que necesitan mejoras, como las retribuciones del personal, el sostenimiento o las reservas de guerra.
Por parte de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez ha mostrado su preocupación por la posibilidad de que este Presupuesto se cumpla y no deje "en la incertidumbre" a la industria, algo que cree que podría solucionarse con una ley de financiación de la defensa.
Por parte de Unidas Podemos, Ismael Cortés ha pedido que la inversión se priorice en la formación de militares, la mejora de sus medios, lugares de trabajo o las políticas retributivas; y ha reivindicado que la inversión del Estado debería centrarse en acabar con la pobreza y las desigualdades como marcan los objetivos para 2030.
El PSOE ha rechazado las críticas y ha reivindicado la inversión militar como "la proteína o el músculo" que sostiene "el andamio" del gasto social, ya que repercute en fiscalización, puestos de trabajo y economías paralelas.