MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
Las Fuerzas Armadas se desplegaron en más de 500 municipios en 11 estados, a solicitud de funcionarios estatales durante el 2 de octubre, en los que el expresidente y líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, ganó con un 48 por ciento de los votos, mientras que el actual presidente, Jair Bolsonaro, consiguió el 43 por ciento de las papeletas.
Su misión se limitó a garantizar la seguridad del material electoral y proteger a los votantes y trabajadores, aunque también participaron activamente en el proceso de inspección de las máquinas de votación electrónica con una muestra de al menos 385 urnas.
Otro trabajo que los militares brasileños realizaron, permitido por el TSE, fue un proyecto piloto con alrededor de 2.050 voluntarios que involucraba a 58 colegios electorales que usaron biometría en el proceso, según ha recogido el diario 'O Globo'.
En una nueva ofensiva contra la fiabilidad del sistema electoral de su país, Bolsonaro adelantó en mayo que el Partido Liberal (PL), formación a la que se unió hace unos meses para poder concurrir a las elecciones, contrataría los servicios de una empresa para llevar a cabo una auditoria de esa cita.
Anteriormente, el presidente brasileño se ha estado prodigando en sus ataques, en especial contra las urnas electrónicas, una particular cruzada que ha hecho incluso que sea investigado en el Supremo por una supuesta filtración de información clasificada sobre un ataque informático que sufrió el TSE en 2018.
A pesar de que dicho ataque no supuso, según el TSE, ningún riesgo para el buen funcionamiento de las presidenciales de 2018, el presidente brasileño utilizó dicha investigación para poner en cuestión las urnas electrónicas y defender como única forma viable de participar en las siguientes elecciones el sufragio impreso.