La Primera Ministra británica, Liz Truss, destituyó a su Ministro de Finanzas y dio marcha atrás en su intento de recortar los impuestos tras semanas de agitación en los mercados financieros. En conferencia de prensa, Truss dijo que estaba actuando para “tranquilizar a los mercados de nuestra disciplina fiscal”, manteniendo un aumento previsto en el impuesto que previamente dijo se iba a recortar.
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Truss despidió a Kwasi Kwarteng como Ministro de Finanzas, sustituyéndolo por Jeremy Hunt en un intento por restablecer el orden después de tres semanas de agitación provocada por el plan de reducción de impuestos del gobierno. La declaración del 23 de septiembre hizo que la libra se desplomara a mínimos históricos frente al dólar y llevó al Banco de Inglaterra a intervenir para evitar una crisis económica mayor.
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Sin embargo, puede que no resulte tan sencillo. Durante la conferencia, Truss rechazó una pregunta sobre si debería dimitir, diciendo: “Estoy absolutamente decidida a cumplir lo que he prometido”. Pero es poco probable que su breve conferencia haya enviado un mensaje de tranquilidad. Por otro lado, la libra esterlina cayó alrededor de un 1% tras las declaraciones de Truss, hasta 1.119 dólares.
Jeremy Hunt, nuevo Ministro de Finanzas
Jeremy Hunt es un veterano del gobierno que ha trabajado como secretario de Asuntos Exteriores y de Sanidad. Se postuló sin éxito para liderar el Partido Conservador en 2019, pero es ampliamente respetado y puede ofrecer estabilidad a Truss mientras ella busca apuntalar su base, de acuerdo con especialistas.
Truss fue objeto de intensas presiones para que se eliminaran algunos de los 43 mil millones de libras (48 mil millones de dólares) de recortes fiscales sin financiación que hicieron tambalear a los mercados financieros y llevaron al Banco de Inglaterra a intervenir para evitar una crisis económica mayor.
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Altos cargos del Partido Conservador aconsejaron públicamente al gobierno que tomara medidas. La libra subió hasta un 1.7% frente al dólar el jueves y los mercados de bonos se estabilizaron ante las expectativas de que Truss revisaría el plan de crecimiento económico.
Truss llegó al poder el mes pasado prometiendo reducir los impuestos para estimular el crecimiento. Pero su capacidad para cumplir ese compromiso está ahora en duda. El abandono de la promesa de frenar el plan de su predecesor de aumentar el impuesto de sociedades del 19% al 25% supone un cambio importante para Truss: un reconocimiento de que los mercados necesitan que se les garantice la disciplina fiscal.
James Athey, director de inversiones de abrdn, describió el plan del gobierno como un “giro de 180 grados en su decisión de no dar un giro de 180 grados en sus políticas despilfarradoras de recortes de impuestos”, dijo.
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“La inflación está en máximos de varias décadas, el endeudamiento público es enorme al igual que el déficit por cuenta corriente. Es probable que el mercado de la vivienda sufra un golpe por efecto del aumento de los tipos de interés hipotecarios, y además, la guerra en Ucrania continúa”, agregó. “Puede que hayamos pasado lo peor de la volatilidad, pero me temo que Reino Unido no está fuera de peligro”.
Liz Truss fue elegida el mes pasado para sustituir a Boris Johnson, que se vio obligado a abandonar el cargo en julio. Algunos informes sugieren que los altos cargos conservadores están tramando sustituir a Truss con una candidatura conjunta de Rishi Sunak y Penny Mordaunt, sus dos rivales más cercanos en la contienda del verano por el liderazgo del partido, aunque no está claro cómo podría lograrse el cambio.