MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
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El CARF contiene reglas modelo que se pueden transponer a la legislación nacional y comentarios para ayudar a las administraciones con la implementación, ha explicado la OCDE.
La nueva iniciativa de transparencia, desarrollada junto con los países del G20, surge en el contexto de la rápida adopción del uso de criptoactivos para una amplia gama de inversiones y usos financieros y, durante los próximos meses, la OCDE avanzará en el trabajo sobre los instrumentos legales y operativos para facilitar el intercambio internacional de información recopilada sobre la base del CARF y para garantizar su implementación efectiva y generalizada.
A diferencia de productos financieros tradicionales, las 'criptos' se pueden transferir y mantener sin la intervención de los habituales intermediarios, como los bancos, y sin que ningún administrador central tenga una visibilidad completa de las transacciones realizadas, originándose nuevos intermediarios y proveedores de servicios, muchos de los cuales actualmente no están regulados.
En este sentido, la OCDE advierte de que esto implica que los criptoactivos y las transacciones relacionadas no están cubiertos de manera integral por el Estándar Común de Informes (CRS) de la OCDE/G20, lo que aumenta la probabilidad de su uso para la evasión fiscal y socava el progreso logrado en la transparencia fiscal a través de la adopción del CRS.
"El CRS ha tenido mucho éxito en la lucha contra la evasión fiscal internacional", ha defendido Cormann, recordando que, en 2021, más de 100 jurisdicciones intercambiaron información sobre 111 millones de cuentas financieras, que cubren un total de activos de 11 billones de euros.
"La presentación del nuevo marco de informes de criptoactivos y las enmiendas al Estándar Común de Informes garantizarán que la arquitectura de transparencia fiscal se mantenga actualizada y efectiva", ha afirmado.
En este sentido, el CARF garantizará la transparencia con respecto a las transacciones de criptoactivos, mediante el intercambio automático de dicha información con las jurisdicciones de residencia de los contribuyentes anualmente, de manera estandarizada similar a la CRS.
De este modo, dicho marco apuntará a cualquier representación digital de valor que se base en un libro mayor distribuido con seguridad criptográfica o una tecnología similar para validar y asegurar transacciones.
Asimismo, bajo el nuevo marco, las entidades o personas que presten servicios que efectúen transacciones de intercambio de criptoactivos para, o en nombre de, los clientes estarían obligados a informar.