JERUSALÉN (AP) — El mando militar israelí el jueves se autoabsolvió de delito alguno en la muerte de un niño palestino de 7 años, que según sus padres “murió de miedo” después de una interacción con soldados israelíes en la Cisjordania ocupada.
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Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU habían exigido una investigación de la muerte de Rayan Suleiman, quien se convirtió en el pararrayos más reciente del conflicto palestino-israelí. Los palestinos indignados culparon a Israel por su muerte la semana pasada.
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Los padres de Rayan alegan que varios soldados lo persiguieron cuando regresaba a su casa desde el colegio y que se desmayó cuando aparecieron los soldados en su casa en el pueblo cisjordano de Tequa. Dicen que perdió el conocimiento cuando los soldados interrogaron a su padre y amenazaron con arrestarlos a todos.
Los médicos que atendieron a Rayan dijeron que, según un examen preliminar, el niño sufrió un paro cardíaco provocado por lo que se podría llamar una ataque de pánico grave. Un hospital palestino dijo que realizó una autopsia, pero aún no se han publicado los resultados.
Israel finalizó su investigación el jueves, afirmando que no hubo violencia en el encuentro entre los soldados y la familia, y que “los soldados actuaron como se espera de ellos y con fidelidad a los valores del (ejército)”.
Los palestinos y los grupos defensores de los derechos humanos sostienen que las investigaciones militares israelíes no son independientes ni eficaces. Los militares insisten que el sistema funciona.
Cientos de personas asistieron al funeral de Rayan el viernes pasado, y su muerte afectó profundamente a los padres de familia. El miedo por sus hijos y el terror que provocan los soldados al llamar a la puerta son parte de la vida cotidiana bajo un régimen militar arraigado desde hace 56 años. Los grupos de derechos humanos dicen que son habituales los arrestos de niños y adolescentes durante las incursiones nocturnas.
