Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva se disputarán finalmente la Presidencia de Brasil el próximo 30 de octubre, uno de los escenarios contemplados para unas elecciones más reñidas de lo previsto, según habían estado pronosticando las encuestas, tanto es así que los resultados de esta primera vuelta son ya los más apretados desde que Brasil retomó la senda de la democracia con los comicios de 1989.
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Los resultados mostraron que este primer empujon entre Lula y Bolsonaro, la polarización del pueblo brasileño no solo continúa sino que además deja dos propuestas antagónicas más igualadas de lo que cabría esperar. El presidente brasileño rompió todos los pronósticos y logró el 43.3 por ciento de los votos por 48,2 por ciento de su rival, una diferencia de 5.1 puntos.
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Hay que remontarse a 2006 para encontrar una primera vuelta tan reñida como la de este fin de semana. En aquella ocasión, Lula pasó al segundo turno tras lograr el 48.6 por ciento de los votos junto a su hoy candidato a vicepresidente, Geraldo Alckmin, quien se hizo con el 41.6 por ciento de los apoyos.
Con casi el cien por cien de lo votos escrutados, ya se conoce que Lula se ha impuesto en catorce estados brasileños y ha conseguido la confianza del voto del exterior, mientras que Bolsonaro venció en doce estados, incluido Sao Paulo y Río de Janeiro, así como en Brasilia.
Al poco de conocerse los resultados, Lula señaló que la jornada del 30 de octubre no es más que una “prórroga” hasta lograr su vuelta al Palacio del Planalto, aunque si bien reconoció que durante este periodo tocará “hablar más con la gente” encara la cuestión como una forma de “madurar” sus propuestas.
Terminan la primera vuelta con una diferencia de 5 puntos
“Tenía pensado ganar en la primera vuelta, tomar tres días de descanso, hacer una pequeña luna de miel, pero voy a tener que esperar para el 30 de octubre”, ha dicho el expresidente brasileño. “Para desgracia de algunos tengo 30 días más de campaña (...) Es la segunda oportunidad que me da el pueblo brasileño”, celebrado.
“Nunca gané unas elecciones en primera vuelta. Todas a las que me he postulado fueron en segunda vuelta. Lo importante es que la segunda vuelta es una oportunidad para que madures tus propuestas y tu conversación con la sociedad”, dijo Lula, quien ya adelantó conversaciones con sus “adversarios” y “amigos”.
La alusión es clara a una tercera vía que le dejó sin triunfo en la primera vuelta. Simone Tebet fue una de las sorpresas de la jornada electoral tras lograr el cuatro por ciento de los votos y erigirse en la tercera opción entre los brasileños en detrimento del otro aspirante, Ciro Gomes.
La senadora y candidata del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), que ya en campaña afirmó que apoyaría “la democracia” en una segunda vuelta, explicó que antes de anunciar su postura debe consultar con los líderes de los partidos de su alianza, el Parido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), Cidadania y Podemos.
Segunda vuelta
En esa línea se manifestó Gomes, que pidió tiempo antes de anunciar a quién apoyará en segunda vuelta. El candidato del Partido Democrático Laborista (PDT), a quien se le ha reprochado la beligerancia mostrada hacia su antiguo aliado Lula, expresó sentirse “profundamente preocupado” por el panorama político en Brasil. “Nunca vi una situación tan compleja, tan desafiante”, dijo.
Por su parte, Bolsonaro reconoció que los resultados son una muestra de que el pueblo brasileño aspira a un cambio, pero ha alertado de que “hay ciertos cambios que pueden salir a peor”.
“Entiendo que ha habido muchos votos por la condición del pueblo brasileño, que sintió el aumento de productos. Hemos intentado durante la campaña mostrar ese otro lado, pero parece que no ha llegado a las capas más importante de la sociedad”, lamentó el presidente brasileño, quien también tiene la mano a Tebet y Gomes.
“Tenemos una segunda vuelta por delante donde todo vuelve a ser igual (...) Ahora vamos a explicar mejor a la población brasileña, especialmente a las clases más afectadas”, anunció Bolsonaro.