Un jefe policial y nueve agentes de una fuerza de élite de Indonesia fueron destituidos el lunes, mientras que otros 18 eran investigados al deslindarse responsabilidad por el lanzamiento de gas lacrimógeno que provocó una estampida en un estadio de futbol que dejó al menos 125 muertos, informaron las autoridades.
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Familiares compungidos trataban de comprender la pérdida de sus seres queridos, incluyendo 17 niños, en el partido que se jugó en la ciudad de Malanga en Java Oriental, y al que se permitió únicamente el ingreso de seguidores del club local Arema FC. Se prohibió la presencia de simpatizantes del equipo visitante, Persebaya Surabaya, debido al historial de violencia en el futbol indonesio. La tragedia ocurrida la noche del sábado es una de las más peores en su tipo en el mundo.
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Jugadores y dirigentes de Arema colocaron coronas de flores frente al estadio el lunes. “Hemos venido como equipo para pedir perdón a las familias afectadas por esta tragedia, a los que han perdido a sus seres queridos y a los que siguen recibiendo tratamiento en el hospital”, dijo Javier Roca, el técnico chileno del club.
La noche del lunes, alrededor de un millar de aficionados de futbol con camisetas negras realizaron una vigilia con vela en el estadio de la ciudad de Bekasi, adyacente a Yakarta, para orar por las víctimas.
Según el relato de testigos, varios de los 42 mil seguidores de Arema irrumpieron en el campo de juego, indignados tras la derrota 3-2 el sábado. Fue la primera sufrida en casa contra Persebaya en 23 años. Algunos lanzaron botellas y otros proyectiles a los jugadores y dirigentes. Al menos cinco vehículos policiales fueron volcados e incendiados afuera del estadio.
La mayoría de las muertes fueron causadas debido a que la policía antidisturbios, al tratar de contener la violencia, arrojó gas lacrimógeno, incluso en las gradas. Ello provocó la estampida de los aficionados. El pánico entre la multitud dejó al menos 125 muertos, la mayoría de los cuales fueron pisoteados o asfixiados.
Al menos 17 niños estaban entre los muertos, y siete estaban hospitalizados, informó el Ministerio de Empoderamiento Femenino y Protección Infantil. La policía indicó que hay 323 personas resultaron heridas, varias aún en condición grave.
El portavoz de la Policía Nacional Dedy Prasetyo informó que el jefe de la policía de Malang Ferli Hidayat fue destituido, así como nueve miembros de la brigada móvil de la policía. También afrontan un proceso disciplinario interno.
Prasetyo añadió que los 18 agentes responsables de lanzar el gas, que van de rango medio a alto, están siendo investigados.
La policía seguía recabando testimonios de testigos, además de revisar el video de las 32 cámaras de seguridad dentro y fuera del estadio, y nueve celulares propiedad de las víctimas, como parte de una investigación que busca identificar a hinchas violentos.
El presidente indonesio Joko Widodo ordenó el domingo la suspensión de la actividad de la liga nacional mientras se realiza una evaluación de los dispositivos de seguridad en los estadios. La federación indonesia de fútbol también prohibió que Arema sea anfitrión de partidos en lo que resta de la temporada.