BALTIMORE (AP) — Corriendo y lanzando con urgencia fue como Lamar Jackson llevó a los Ravens de Baltimore de un extremo del campo al otro en el cuarto periodo de un partido empatado contra los Bills de Buffalo.
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Y entonces, con Baltimore encarando una cuarta oportunidad y gol en la yarda 2 de Buffalo y con poco más de cuatro minutos por jugar, llegó el momento de tomar una decisión. ¿Ir por la anotación o permitir que el pateador más certero en la historia de la NFL haga su trabajo?
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El coach John Harbaugh dejó a su ofensiva en el terreno de juego. Fue una llamada osada de la que finalmente se arrepentiría.
Jackson fue presionado en la bolsa de protección justo después de recibir el balón y terminó lanzando un pase que fue interceptado en la zona de anotación y que crucialmente resultó en un touchback. Los Bills rápidamente cruzaron el campo y completaron una remontada de un déficit de 17 puntos al conectar un gol de campo mientras el tiempo expiraba para sacar una victoria de 23-20 el domingo.
Dos semanas antes, Harbaugh le dio la responsabilidad a Justin Tucker de patear un gol de campo cerca del final, en casa contra los Dolphins y el pateador respondió, pero los Dolphins montaron una ofensiva decisiva que coronaron con un touchdown para sacar una victoria de 42-38.
Esta vez, Harbaugh arriesgó al ir por todo y terminó con las manos vacías.
“Pensé que nos daba la mejor oportunidad de ganar el partido”, dijo. “Desafortunadamente no salieron las cosas y perdimos el partido. En retrospectiva, uno toma los puntos. Pero si lo ven analíticamente, comprenderán por qué lo hicimos”.