MANAOS, Brasil (AP) — En la mayoría de las democracias, los ciudadanos acuden a las urnas. Pero en la escasamente poblada región amazónica de Brasil, las urnas a menudo van a los votantes.
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La mayoría de las personas en la vasta selva tropical vive en áreas urbanas, pero miles residen en pequeños pueblos a varios días de distancia en bote de la ciudad más cercana. Amazonas, el estado más grande de Brasil, tiene el triple del tamaño de California, pero tiene solo un tercio de la población del área metropolitana de Los Ángeles. No se puede llegar a más de la mitad de sus ciudades por carretera, y algunas están a cientos de kilómetros de la capital del estado, Manaos.
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La logística plantea un desafío incluso en Manaos, un municipio en expansión de 2,2 millones de habitantes. El sábado, The Associated Press acompañó a los trabajadores electorales en la instalación de un lugar de votación en la comunidad de Bela Vista do Jaraqui, a tres horas de viaje en barco desde la ciudad.
“Ningún candidato apareció aquí durante esta campaña”, dijo a The Associated Press João Moraes de Souza, pescador y agricultor local. “Si nadie viene durante la campaña, imagínense después”.
Una de las trabajadoras electorales fue Ana Lúcia Salazar de Souza. Debido a la distancia, su equipo —incluidos policías— pasaría la noche en un alojamiento improvisado y regresaría a Manaos el domingo después de que termine la votación por la tarde.
“Hay muchas dificultades”, dijo. “Pero participar en este proceso de ciudadanía hace que todos los sacrificios valgan la pena”.
En una democracia, cada voto cuenta, como lo demuestran las últimas encuestas de opinión que indican que el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva podría lograr una victoria en la primera vuelta ante el actual mandatario Jair Bolsonaro.
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Maisonnave informó desde Río de Janeiro.
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