MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
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"Estoy intentando mostrar al pueblo brasileño esa polarización odiosa que yo no ayudé a construir", se presentó Gomes, de 64 años, al inicio de una campaña electoral de la que no ha podido escapar del exiguo 7 por ciento en intención de voto.
A pesar de estas paupérrimas previsiones y a la presión de algunos sectores, incluidos algunos de su partidos, se ha negado a renunciar a su enésima intentona por alcanzar el Palacio del Planalto y ofrecer su apoyo al expresidente Lula para que ayudarle a finiquitar estas elecciones en primera vuelta.
El candidato del Partido Democrático Laborista (PDT) no solo ha rechazado tal posibilidad, sino que se atrevido a calificarla de "fascista", en la línea, dijo, de lo que ha venido siempre a ser Lula, un "fascistoide".
Gomes viene una de una familia con una larga tradición en la política de Ceará, donde fue gobernador entre 1991 y 1994, año este último en el que pasó a liderar brevemente el ministerio de Hacienda en el gobierno de Itamar Franco. Habría que esperar hasta la entrada del presente siglo para verle ocupar un puesto de relevancia a nivel nacional, ministro de Integración, con Lula como presidente.
Y es que a pesar de los últimos encontronazos, ambos habían sido aliados hasta hace bien poco. Desde algunos sectores de su formación todo cambió a partir de 2018 cuando el PDT y el Partido de los Trabajadores (PT) no lograron ponerse de acuerdo para formar una candidatura para los comicios de ese año, en los que se impuso Jair Bolsonaro.
Hasta ese momento, Gomes había puesto en valor las políticas de los gobiernos del PT y había criticado la persecución política sufrida por la expresidenta Dilma Rousseff, así como la que emprendió el antiguo juez y exministro de Justicia con Bolsonaro, Sergio Moro, contra Lula.
SIMONE TEBET
La cuarta en discordia es la senadora del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Simone Tebet, con un todavía más testimonial 5 por ciento en intención de voto, pero que a pesar de ello insiste en representar el espacio de aquellos que buscan salir de la actual polarización que trazan Lula y Bolsonaro.
"El voto útil somos nosotros y pueden apostar por la tercera vía", ha insistido Tebet, de 54 años, durante la campaña. "Nuestra candidatura no es solo electoral, es también política, de fortalecimiento de la democracia", ha asegurado.
Tebet, quien se define como feminista y de centro, es una de las candidatas que mejor valoración han tenido tras los dos debates televisados. Actuando como senadora desde 2015 votó a favor de la destitución de Rousseff y se mostró en contra en varias ocasiones de las demandas territoriales de los pueblos indígenas, así como por criticar el negacionismo de la pandemia de Bolsonaro.
Si bien no ha expresado explícitamente que apoyará a Lula en caso de una segunda vuelta, sus críticas a Bolsonaro, a quien acusó de "coquetear con el autoritarismo", y que se pondrá de lado de la democracia si no es ella la que aspira a ser presidenta, hacen prever que tenderá la mano al líder del PT.