MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
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Un día después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, esbozasen los nuevos castigos que se estudiarán como represalia por los referéndums ilegales en el este de Ucrania, Hungría ha marcado su línea roja.
El portavoz del Gobierno de Orbán, Gergely Gulyas, ha dejado claro que Budapest no respaldará el nuevo paquete si afecta a temas de energía, lo que 'de facto' implicaría vetar las medidas, ya que éstas deben salir adelante con el beneplácito de los Veintisiete.
Von der Leyen señaló el miércoles que Bruselas pondrá sobre la mesa la "base legal" para aplicar un precio máximo al petróleo ruso, en un intento de reducir los ingresos de Rusia y estabilizar los mercados.
Gulyas, al igual que hiciese Orbán en otras ocasiones, ha advertido de que las sanciones adoptadas en los últimos meses contra Moscú están provocando efectos indeseado en las economías europeas, obligadas a pagar más caro el precio del suministro y a buscar vías alternativas para cubrir sus necesidades, informa el periódico 'Magyar Nemzet'.
El Gobierno, de hecho, ha anunciado la puesta en marcha de una "consulta nacional" para sondear la opinión de la población sobre las sanciones de la UE. "Pido a todos que den su opinión, porque sólo mediante una acción conjunta podemos poner fin a la subida de los precios de la energía", declaró Orbán el miércoles, al término de una reunión de su gabinete.