KOYA, Irak (AP) — Un bombardeo iraní con drones el miércoles contra las bases de un grupo opositor kurdo-iraní en el norte de Irak dejó al menos nueve muertos y 32 heridos, dijeron las autoridades kurdas. El ataque ocurre mientras siguen las manifestaciones por la muerte de Mahsa Amini, una mujer kurda-iraní de 22 años, tras ser detenida por la policía moral iraní.
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El ataque fue en Koya, a unos 60 kilómetros (35 millas) al este de Irbil, afirmó Soran Nuri, miembro del Partido Democrático Kurdo de Irán (KDPI), un grupo armado opositor prohibido en Irán.
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El Ministerio de Exteriores de Irak y el gobierno regional kurdo condenaron las acciones.
La agencia estatal de noticias iraní IRNA informó que la Guardia Revolucionaria atacó bases de un grupo separatista en el norte de Irak con “misiles de precisión” y “drones suicidas”.
El general Hasan Hasanzadeh, de la Guardia Revolucionaria, dijo que 185 basijis, una fuerza de voluntarios, resultaron heridos con “machetes y cuchillos” en los disturbios, informó IRNA. El oficial agregó que los manifestantes le rompieron el cráneo a un basij y que cinco de ellos estaban en cuidados intensivos.
Los drones iraníes atacaron un campamento militar, viviendas, oficinas y otras zonas en torno a Koya, afirmó Nuri, que informó que el operativo seguía en marcha.
La Guardia Revolucionaria lanzó el sábado y el lunes otra oleada de ataques con drones y artillería contra posiciones kurdas.
Los ataques parecen una respuesta a las protestas por la muerte de Amini en Irán.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió el miércoles a la República Islámica que se abstenga de utilizar “fuerza innecesaria o desproporcionada” contra los manifestantes.
Las protestas se han extendido a al menos 46 ciudades, localidades y aldeas en Irán. La televisora estatal reportó que al menos 41 personas, incluso manifestantes y agentes, han perdido la vida desde el inicio de las movilizaciones el 17 de septiembre.
Un conteo de The Associated Press con base en declaraciones oficiales contempla al menos 14 muertos y más de 1.500 manifestantes arrestados.
Guterres destacó la necesidad de respetar los derechos humanos, entre ellos la libertad de expresión, de reunión pacífica y de asociación, durante una reunión hace unos días con el presidente iraní, Ebrahim Raisi.
