TUCSON, Arizona, EE.UU. (AP) — El séptimo y último acusado por la muerte de un agente fronterizo durante un tiroteo en 2017 ha sido sentenciado, un caso que expuso la fallida operación federal de armas conocida como “Rápido y Furioso”.
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Jesús Rosario Favela Astorga fue condenado el miércoles a 50 años de prisión en una corte de Tucson, anunciaron fiscales federales.
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Favela Astorga, de 41 años, fue arrestado por las autoridades mexicanas en octubre de 2017 con una orden provisional. Fue extraditado hacia Estados Unidos en enero de 2020 y se declaró culpable en el caso en abril de este año.
La muerte del agente de la Patrulla Fronteriza Brian A. Terry expuso la operación “Rápido y Furioso”, en la que agentes federales permitían que criminales compraran armas de fuego para contrabandearlas a grupos delictivos. Pero el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos le perdió el rastro a la mayoría de las armas, incluyendo dos que fueron encontradas en el lugar de la muerte de Terry, cerca de la frontera entre Arizona y México.
El gobierno del presidente Barack Obama recibió fuertes criticas por el operativo. El ex secretario de Justicia Eric Holden fue considerado en desacato del Congreso por rehusarse a entregar documentos relacionados con el operativo.
Terry, de 40 años, era un ex infante de Marina que era parte de una unidad élite de cuatro elementos en la Patrulla Fronteriza apostada en el desierto del sur de Texas en una misión para dar con un grupo de personas que se hacían pasar por agentes para robar a los traficantes de drogas. La noche del 14 de diciembre de 2010 encontraron un grupo y se identificaron como policías.
Los hombres se negaron a detenerse, lo que llevó a uno de los agentes a dispararles balas de goma. Respondieron con disparos de fusiles de asalto AK-47. Terry recibió un balazo en la espalda y murió poco después.
Los fiscales señalaron que los siete hombres acusados en relación con la muerte de Terry cumplen sentencias de entre ocho años en prisión y cadena perpetua después de declararse culpables o ser condenados en un juicio.