KIEV (AP) — Una persona murió y cinco resultaron heridas por ataques de misiles rusos en la ciudad sureña de Zaporiyia, según dijeron las autoridades ucranianas el jueves, mientras que funcionarios en la ciudad de Donetsk, controlada por Rusia, dijeron que proyectiles ucranianos habían matado al menos a cinco personas.
PUBLICIDAD
Era un sombrío recordatorio de que los combates no habían cesado pese al gran canje de prisioneros realizado apenas unas horas antes.
PUBLICIDAD
Fuerzas rusas atacaron instalaciones de infraestructura y dañaron edificios de apartamentos cercanos en Zaporiyia, indicó el gobernador de la región, Oleksandr Starukh.
Un hotel en el centro de la ciudad recibió un impacto y había rescatistas en el lugar tratando de liberar a las personas atrapadas entre los escombros, indicó Kyrylo Tymoshenko, número dos de la oficina presidencial ucraniana.
La región de Zaporiyia es una de las cuatro donde Rusia quiere celebrar referendos a partir del viernes sobre su incorporación a Rusia, aunque la ciudad sigue en manos ucranianas.
Por su parte, el alcalde de la ciudad de Donetsk, Alexei Kulemzin, dijo que al menos cinco personas habían muerto cuando proyectiles ucranianos alcanzaron un mercado cubierto y un minibús de pasajeros.
Apenas unas horas antes de los ataques, 215 combatientes ucranianos y extranjeros fueron intercambiados en un canje de prisioneros de alto perfil, 200 de ellos por una sola persona, un aliado del presidente de Rusia, Vladimir Putin. Entre los combatientes liberados había defensores ucranianos de una acería en Mariúpol durante un largo asedio ruso y 10 extranjeros, incluidos cinco ciudadanos británicos y dos militares veteranos estadounidenses, que habían combatido con las fuerzas ucranianas.
Un video publicado el jueves en la web de noticias de la BBC mostró a dos de los prisioneros británicos, Aiden Aslin y Shaun Pinner, hablando a bordo de un avión. La televisora dijo que habían llegado a Riad, en Arabia Saudí.
“Solo queremos que todo el mundo sepa que ya estamos fuera de la zona de peligro y que vamos de camino a casa con nuestras familias”, dijo Aslin en la grabación.
“Por los pelos”, añadió Pinner.
La rapidez del ataque de misil ruso tras el intercambio sugería que el Kremlin quería disipar cualquier apariencia de debilidad o de pérdida de determinación en sus objetivos, después de recientes derrotas y reveses en el campo de batalla que han empañado de forma considerable la imagen rusa de potencia militar.
Esas derrotas culminaron el miércoles con la orden de Putin de movilización parcial de reservistas para reforzar su contingente en Ucrania. La medida provocó inusuales protestas en Rusia y fue denostada en Occidente como un acto de debilidad y desesperación.
La llamada a filas no incluía muchos detalles, lo que provocó temores a una leva más amplia que hizo que algunos rusos se apresurasen a comprar pasajes de avión para salir del país.
La decisión precedía a referendos que las autoridades en regiones controladas por Rusia en el este y sur de Ucrania preparan para incorporar a Rusia, lo que permitiría a Moscú escalar la guerra. Las votaciones comienzan el viernes en las provincias de Luhansk, Jersón, Zaporiyia y Donetsk. Las fuerzas rusas no controlan por completo las dos últimas zonas.
Mandatarios extranjeros ya han tachado las votaciones de ilegítimas y no vinculantes. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo que eran un “fraude” y “ruido” para distraer a la población.