MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
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El conjunto madridista superó la visita al Estadio Lerkendal, donde el combinado masculino sufrió en algunas de sus noches europeas, y lo hizo con más comodidad de la esperada, pero confirmando su actual estado de forma y la diferencia entre ambos equipos.
El equipo de Alberto Toril ha empezado con mucha fuerza la temporada y no se relajó ni un ápice ni se guardó nada para la vuelta en el Estadio Alfredo Di Stéfano. La calidad de Weir y de Del Castillo fueron imparables para las locales, que tampoco inquietaron demasiado a Misa Rodríguez.
El Real Madrid tuvo el control ya desde el inicio de un partido que pudo decantar muy pronto con dos ocasiones muy claras en los primeros minutos, pero Athenea del Castillo, tras una buena maniobra dentro del área, se topó con la rápida intervención de Christensen, y Esther González, en posición muy franca, remató demasiado alto.
Avisos que no tardaron en convertirse en el 0-1 antes del primer cuarto, obra de Caroline Weir, que sigue demostrando su calidad y el acierto de su fichaje. La escocesa agarró un buen disparo desde fuera del área ante el que nada pudo hacer la guardameta del conjunto noruego.
La ventaja en el marcador asentó aún más a las visitantes, cuya presión no dejó maniobrar en exceso a un Rosenborg que trató de sorprender en balones largos y en alguna transición, aunque sin demasiado éxito. Su mejor ocasión fue un disparo lejano de Magnusdottir, que envió a corner Misa Rodríguez y que fue el preludio del 0-2 en el minuto 34. Athenea del Castillo mostró su calidad en el desborde y su disparo, algo esquinado, sorprendió en el primer palo a Christensen.
Con el 0-2 se llegó al descanso y tras este no varió demasiado el guión. El conjunto madridista no aflojó y salió en busca de la sentencia definitiva, lo que no tardó en llegar. Del Castillo leyó el desmarque a la espalda de la defensa de Weir y envió a la escocesa un envío perfecto que su compañera no desperdició para sentenciar el duelo y prácticamente la eliminatoria.
A partir de ahí, el equipo de Alberto Toril empezó poco a poco a bajar el ritmo, aunque eso no ayudó demasiado a un Rosenborg, que pese a que pisó algo más el área, no fue capaz de meter demasiado miedo a una Misa Rodríguez que dejó una vez más su portería a cero.