ROMA (AP) — Los obispos belgas publicaron el martes una propuesta de texto de liturgia para las parejas del mismo sexo, que incluye oraciones, lecturas bíblicas y expresiones de compromiso, a pesar de una directriz del Vaticano de 2021 que prohíbe bendecir a las parejas gay.
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Los obispos de habla flamenca resaltaron que el “momento de oraciones” no era equivalente a un matrimonio sacramental, que según la doctrina católica es la unión vitalicia entre un hombre y una mujer. Los obispos dijeron que, en cambio, su plan forma parte de los esfuerzos de la Iglesia belga para ser más sensible hacia sus miembros gay y para “crear un clima de respeto, reconocimiento e integración”. Citaron el llamado del papa Francisco a que la Iglesia sea más abierta hacia la comunidad homosexual.
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La publicación de texto, reportada inicialmente por el diario holandés Nederlands Dagblad, marca el último gesto en los esfuerzos de las iglesias más progresistas para un acercamiento mayor hacia los feligreses gays, liderados por la Iglesia alemana y su controversial proceso “sinodal” de diálogo con los laicos.
Las enseñanzas católicas dicen que los gays deben ser tratados con dignidad y respeto, pero que los actos homosexuales son “intrínsecamente anormales”.
El año pasado, la oficina de doctrinas del Vaticano decretó que la Iglesia no puede bendecir las uniones homosexuales “porque Dios no puede bendecir el pecado”.
La ceremonia propuesta por los obispos belgas incluye “palabras de apertura, rezos de apertura, lectura de las Escrituras”, además de los textos de dos propuestas de oración —uno que compromete a ambas partes entre ellas y otro de la comunidad hacia la pareja— y concluye con el “Padre Nuestro, una oración de cierre y una bendición”.
Tommy Scholtes, portavoz de la conferencia de obispos de Bélgica, negó que la propuesta equivalga a una bendición”, mucho menos a un matrimonio sacramental. Dijo que es parte de la decisión de los obispos belgas de crear personal de contacto en cada diócesis a cargo de la atención pastoral a los gays.
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Petrequin reportó desde Bruselas
