CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México dijo el jueves que las obras del proyecto del Tren Maya no afectarán a un esqueleto humano prehistórico ubicado en un sistema de cuevas inundadas a lo largo de la costa caribeña del país, aunque arqueólogos locales así lo indicaron recientemente.
En un comunicado, la institución señaló que el esqueleto es “un hallazgo realizado en 2019 y se encuentra plenamente registrado e identificado”.
Hace unos días, el arqueólogo Octavio del Río dio a conocer que él y su compañero buceador Peter Broger vieron el cráneo destrozado y el esqueleto parcialmente cubierto por sedimentos en una cueva y que lo comunicaron al INAH, que no había hablado públicamente del hallazgo hasta su comunicado del jueves.
El INAH indicó que aún no se ha realizado un análisis científico de los restos, pero que se encuentran a 400 metros de la zona por donde pasará la vía del tren, por lo que “no tendrá ninguna afectación, lo cual ha sido verificado mediante estudios técnicos”. No obstante, señaló que “realizará las acciones de monitoreo necesarias para evitar afectaciones y saqueos”.
Del Río, que ha trabajado con el instituto en el pasado, señaló el jueves que el hecho de que el descubrimiento se remonte a 2019 pero aún no haya sido analizado ilustra el tiempo que se necesita para explorar e investigar los extensos sistemas de cuevas que se encuentran en el camino del tren.
“Esto comprueba el potencial arqueológico del área para la investigación de la historia de los primeros pobladores de América”, le dijo a The Associated Press. “Y lo que aún hay por descubrirse”.
Según sus datos, el esqueleto se encontraba a unos 8 metros bajo el agua, a medio kilómetro hacia el interior del sistema de cuevas.
“Allí está. No sabemos si fue depositado o si allí murió”, había dicho antes Del Río. Calculó que debe tener más de 8.000 años de antigüedad, refiriéndose a la época en que el aumento del nivel del mar inundó las cuevas.
Algunos de los restos humanos más antiguos de Norteamérica se han descubierto en las cuevas y ríos subterráneos conocidos como “cenotes” de la costa caribeña del país. Los expertos dicen que algunas de esas cuevas están amenazadas por el Tren Maya, una de las obras emblemáticas del actual gobierno mexicano.
Del Río teme que, aunque el tren no pase directamente sobre el lugar, su construcción pueda dañar o contaminar el sistema de cuevas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador quiere concluir el Tren Maya en los dos años que le quedan de mandato, a pesar de las objeciones de ecologistas, buceadores de cuevas y arqueólogos, que dicen que el trabajo apresurado dejará poco tiempo para estudiar los restos antiguos que se encuentren.
Los activistas señalan que el proyecto ferroviario de alta velocidad fragmentará la selva costera. Consideran que el tren tendrá una infraestructura muy pesada y pasará por encima de las frágiles cuevas de piedra caliza, que —por estar inundadas, ser tortuosas y a menudo increíblemente estrechas— pueden tardar décadas en explorarse.
Las cuevas de parte de la costa ya han sido dañadas por la construcción encima de ellas, con pilotes de cemento utilizados para soportar el peso que estará en la superficie.
El Tren Maya recorrerá 1.500 kilómetros de la península de Yucatán, conectando complejos turísticos de playa y yacimientos arqueológicos.