MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
Los citados organismos han señalado en un informe conjunto que dos temporadas consecutivas de malas cosechas han provocado una caída del 50 por ciento de la producción, lo que se ha visto recrudecido por la reducción de las importaciones de grano a causa de las limitaciones en el cambio de divisas extranjeras, por lo que han subrayado que la ayuda "inmediata" es clave para revertir la tendencia.
"Para evitar un mayor deterioro de las condiciones de seguridad alimentaria y apoyar la restauración de la producción agrícola, la asistencia con sustento a los pequeños agricultores debe ser una prioridad", ha dicho el representante de la FAO para Sri Lanka, Vimlendra Sharan.
"Dado que cerca del 30 por ciento de la población depende de la agricultura, mejorar la capacidad de producción de los agricultores derivará en un aumento de la resiliencia del sector agrícola, una reducción de las necesidades de importación ante la escasez de reservas de divisa extranjera y en evitar el aumento del hambre", ha explicado.
En esta línea, el representante del PMA en el país asiático, Abdur Rahim Siddiqui, ha resaltado que "tras meses de una crisis económica incapacitante, las familias se están quedando si opciones". "Están agotados. Más del 60 por ciento de las familias comen menos, comen más barato y comida menos nutritiva", ha añadido.
"Esto tiene lugar en un momento en el que las limitaciones financieras han forzado al Gobierno a reducir los programas de nutrición, tales como las comidas en colegios y los alimentos reforzados a madres y niños desnutridos. La principal prioridad del PMA es dar asistencia inmediata a nivel alimentario y nutricional a las comunidades en mayor riesgo para evitar un mayor deterioro de su nutrición", ha argüido.
Por ello, la FAO y el PMA han recomendado entregar ayuda alimentaria o fondos en efectivo a las comunidades vulnerables o marginadas, incluidas mujeres embarazadas o lactantes, los hogares encabezados por mujeres y las personas con discapacidad, así como la entrega de fertilizantes a los pequeños agricultores, ante unas previsiones que apuntan a que la producción de arroz será de tres millones de toneladas métricas en 2022, el nivel más bajo desde la sequía de 2017.
Además, la producción de maíz está un 40 por ciento por debajo de la media de los últimos cinco años, mientras que la producción de vegetales, frutas y cultivos destinados a la exportación como el té, el caucho, el coco y las especias, están igualmente por debajo de la media, lo que ha provocado un descenso de los ingresos, en un momento en el que los precios de los alimentos está en aumento, con una inflación de cerca del 95 por ciento durante el último año.