NAIROBI, Kenia (AP) — Las fuerzas de Tigray que combaten contra tropas etíopes se mostraron dispuestas a aceptar un cese inmediato de las hostilidades y participar en un proceso de paz liderado por la Unión Africana, un cambio de parecer considerable al que el gobierno aún no había respondido.
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Se estima que decenas de miles de personas han muerto y millones han pasado más de un año sin servicios básicos debido a la guerra en la región de Tigray, en el norte de Etiopía, que comenzó a finales de 2020.
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Las autoridades de Tigray publicaron su comunicado el domingo por la noche tras nuevas presiones de Estados Unidos y otros, después de que los combates se reanudaran el mes pasado y rompieran meses de calma relativa.
Las autoridades en Tigray habían criticado los esfuerzos de mediación de la UA dirigidos por el enviado especial Olesegun Obasanjo, y su nuevo comunicado dejaba claro que esperaban “mediadores aceptables para ambas partes” junto con observadores internacionales y expertos para guiar el proceso.
El gobierno etíope ha dicho estar dispuesto a entablar conversaciones en cualquier momento y lugar, sin condiciones previas. Las autoridades de Tigray habían exigido la reanudación de servicios básicos y la retirada de fuerzas hostiles de la vecina Eritrea, entre otras cosas.
Estados Unidos, la Unión Africana y Naciones Unidas celebraron la nueva declaraciones de las autoridades de Tigray, y Washington pidió a Eritrea y “otros” actores no identificados que dejaran de avivar el conflicto.