MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Con un peso estimado de 200 kilogramos es la nutria más grande jamás descrita; se habría codeado, y posiblemente competido por comida, con nuestros ancestros mucho más pequeños cuando vivió junto a ellos hace 3,5 millones a 2,5 millones de años. Un artículo que describe al animal acaba de aparecer en la revista científica francesa Comptes Rendus Palevol.
"Lo peculiar, además de su tamaño masivo, es que [los isótopos] en sus dientes sugieren que no era acuático, como todas las nutrias modernas", dijo en un comunicado el coautor del estudio Kevin Uno, geoquímico del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Escuela del Clima de Columbia. "Descubrimos que tenía una dieta de animales terrestres, que también difiere de las nutrias modernas".
Las nutrias actuales pesan de 1,8 a 5,8 kilos para la nutria asiática de garras pequeñas, hasta alrededor de 31,7 para la nutria gigante sudamericana y 45 kilos para la nutria marina del Pacífico Norte. Se sabe que varias nutrias gigantes han poblado Eurasia y África desde hace unos 6 a 2 millones de años. Entre estos, el género extinto Enhydriodon es el más conocido porque sus restos, aunque fragmentarios, se han encontrado en muchos lugares, particularmente en el este de África. La especie recién descrita ha sido nombrada Enhydriodon omoensis, en honor al valle del Bajo Omo en el suroeste de Etiopía, donde fue descubierta.
Los fósiles fueron descubiertos por varios equipos de excavación internacionales a lo largo de los años. Los autores del nuevo estudio, dirigido por Camille Grohé de la Universidad de Poitiers, basaron sus estimaciones de masa corporal en las dimensiones de los dientes y el fémur de los animales.
Tradicionalmente, las nutrias del género Enhydriodon se han considerado semiacuáticas y se alimentan de moluscos, tortugas, cocodrilos y bagres, todos comunes en los ambientes de agua dulce de África. Uno probó esta idea analizando isótopos estables de oxígeno y carbono en el esmalte dental de Enhydriodon omoensis.
Los valores relativos de los isótopos estables de oxígeno pueden dar una indicación del hábitat que ocupa un animal. Presumiblemente, los valores en la nutria fósil deberían haber sido cercanos a los de los hipopótamos fósiles u otros animales semiacuáticos. En cambio, la nutria gigante de Omo tenía valores similares a los de los mamíferos terrestres, en particular los grandes felinos y las hienas de los depósitos de fósiles de Omo.
Los isótopos de carbono en los dientes pueden proporcionar información sobre el tipo de presa que consume una criatura. Estos revelaron que Enhydriodon omoensis era capaz de cazar presas que consumían una amplia variedad de plantas terrestres, desde pastos tropicales hasta vegetación de árboles.
Los autores planean tomar muestras de fósiles de nutrias africanas más ampliamente para realizar estudios del esmalte dental y la forma y estructura de los huesos largos, con el fin de comprender qué lugar ocuparon estas nutrias gigantes en ecosistemas pasados y las causas de su extinción, hace unos 2 millones de años.