LONDRES (AP) — Liz Truss, quien podría ocupar el cargo de primera ministra de Gran Bretaña esta semana, se comprometió a tomar medidas de inmediato para hacer frente a la fuerte inflación que afecta a los británicos, agravada por el encarecimiento de la energía como consecuencia de la guerra en Ucrania.
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Pero Truss, en declaraciones a la BBC el domingo, se negó a dar detalles sobre las medidas que tomaría, sugiriendo que sería un error hablar de políticas específicas hasta que asuma el cargo. Sin embargo, subrayó que entiende la magnitud de los problemas que enfrenta Gran Bretaña.
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El gobierno ha sido incapaz de frenar la inflación, las luchas laborales y a tensiones en el sistema sanitario del país desde principios de julio, cuando Boris Johnson anunció su intención de dimitir. El gobernante Partido Conservador anunciará quién será su nuevo líder el lunes, y por consiguiente el nuevo primer ministro.
“Quiero asegurar a la gente que estoy absolutamente decidida a resolver este asunto, así como a presentar, en el plazo de un mes, un plan completo sobre cómo vamos a reducir los impuestos, cómo vamos a poner en marcha la economía británica y cómo vamos a encontrar la manera de salir de estos tiempos difíciles”, dijo Truss, que ha sido secretaria de Asuntos Exteriores durante el último año.
Truss se enfrenta a Rishi Sunak, exsecretario del Tesoro, en la contienda para convertirse en líder del Partido Conservador. Sólo los miembros del partido que pagan sus cuotas pueden votar en las elecciones, por lo que la elección del próximo líder británico está en manos de unos 180.000 afiliados al partido.
Durante la campaña, Truss prometió aumentar el gasto en defensa, recortar los impuestos e impulsar el suministro de energía, pero se negó a dar detalles sobre cómo respondería a la crisis del coste de la vida.
Los recibos de energía de los hogares aumentarán un 80% el mes que viene, y las organizaciones benéficas advierten que hasta uno de cada tres hogares se enfrentará a la pobreza energética este invierno, dejando a millones de personas temerosas de cómo van a pagar la calefacción de sus casas.
