ROCKPORT, Massachusetts, EE.UU. (AP) — Cuando Laura Hernandez cayó al agua y perdió su iPhone mientras hacía paddleboard frente a la costa de Massachusetts hace unas semanas, pensó que no volvería a ver.
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Pero la neoyorquina regresó al día siguiente a la playa de Rockport y se acercó al instructor de una clase de buceo para principiantes y le contó su situación.
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El instructor Larry Bettencourt le explicó que no había muchas probabilidades de encontrarlo, incluso con su distintiva funda rosa, pero les pidió a sus estudiantes que se mantuvieran atentos, reportó el The Boston Globe el jueves.
Para sorpresa de todos, Vanessa Kahn, de 26 años y que realizaba su primera inmersión en aguas abiertas, vio el teléfono a unos 7,6 metros (25 pies) de profundidad.
“La funda a prueba de agua de color rosa brillante sobresalía como un pulgar hinchado... era como si estuviera colocada en un lecho de algas”, comentó Kahn. Agitó el teléfono en el agua y la pantalla se prendió. Volvió a la superficie, encendió la cámara y se tomó una selfie, luego agitó el teléfono en una señal de triunfo a Hernández, quien estaba en la playa.
“Su rostro se iluminó”, comentó. “Pude notar que estaba muy emocionada”.
Lo suficientemente emocionada para darle a Kahn una recompensa de 300 dólares.