TOKIO (AP) — El partido gobernante en Japón cortará sus lazos con la Iglesia de la Unificación tras el creciente escándalo desencadenado por el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe el mes pasado, dijo el actual mandatario, Fumio Kishida, el miércoles.
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Los estrechos vínculos entre los miembros del Partido Liberal Democrático de Kishida, muchos de ellos pertenecientes a la facción de Abe, y la iglesia de origen surcoreano han salido a la luz tras el asesinato de Abe mientras pronunciaba un discurso en un acto de campaña en julio.
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El sospechoso, que fue detenido en el lugar de los hechos, le habría dicho a la policía que mató a Abe por su aparente relación con la iglesia. En una carta vista por The Associated Press y en publicaciones en redes sociales que se cree que son suyas, el presunto tirador dijo que creía que las grandes donaciones que su madre había realizado a la iglesia le habían arruinado la vida.
Algunos japoneses han expresado su compresión, e incluso simpatía, a medida que surgen detalles de la vida del hombre, lo que generó profundas implicaciones para el partido que ha gobernado Japón casi de forma ininterrumpida desde la Segunda Guerra Mundial.
La Iglesia de la Unificación, que fue fundada en Corea del Sur en 1954 y llegó a Japón una década más tarde, ha forjado una estrecha relación con una serie de legisladores conservadores en base a sus intereses comunes en contra del comunismo. Desde la década de 1980, ha enfrentado acusaciones relacionadas con el reclutamiento de sus miembros y las donaciones, lo que se sumó a las críticas a la formación de Kishida por mantener los vínculos a pesar de conocer las disputas legales y otros problemas.
Kishida remodeló su gobierno a principios de mes para retirar a siete ministros relacionados con estos grupos. Uno de ellos era el hermano menor de Abe, Nobuo Kishi, quien reconoció que seguidores de la iglesia trabajaron como voluntarios en sus campañas. Desde entonces, docenas de miembros del PLD han reconocido sus vínculos con la iglesia y con organizaciones afines.
En una conferencia de prensa, Kishida indicó que ha dado instrucciones al secretario general del partido, Toshimitsu Motegi, para que investigue el partido a fondo y elabore medidas de cumplimiento. Kishida apuntó que está acelerando los esfuerzos, que podrían tomar tiempo porque la revisión abarcará varias décadas.
Kishida se disculpó por la pérdida de confianza de la opinión pública en la política a consecuencia del escándalo y por no haber ofrecido explicaciones acerca de la celebración de un funeral de estado para Abe, uno de los líderes más divisivos del país en la posguerra.