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Inspectores de la ONU viajan a central nuclear ucraniana

KIEV, Ucrania (AP) — Una caravana de camionetas con inspectores nucleares de Naciones Unidas cruzaba el miércoles Ucrania en dirección a la central nuclear de Zaporiyia, y llevaba consigo la esperanza del mundo de que pudieran ayudar a reforzar la seguridad de las instalaciones en medio de una zona de guerra y evitar cualquier catástrofe nuclear.

Sin embargo, las autoridades locales respaldadas por Rusia en Zaporiyia afirmaron que fuerzas ucranianas habían lanzado proyectiles hacia el territorio de la planta y la localidad cercana de Enerhodar durante la noche. Ambas partes se han acusado mutuamente de atacar la zona durante las últimas semanas, lo que aviva el temor a un accidente o una fuga de radiación.

“Vamos a una zona de guerra. Vamos a territorio ocupado”, dijo Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de la Energía Atómica, sobre la misión sin precedentes de la agencia de supervisión nuclear de la ONU.

“Esta es la primera vez, la primera vez que alguien va a cruzar el frente”, dijo. La comitiva tiene “garantías explícitas” de Rusia de que el equipo de 14 expertos podría trabajar allí, señaló.

Pero en una batalla de acusaciones y desmentidos muy difíciles de verificar, el gobierno instalado por Moscú en Energodar dijo el miércoles que las tropas ucranianas habían lanzado proyectiles hacia el territorio de la planta, con 60 impactos en las 24 horas previas. Eso incluía un ataque de dron contra el edificio de administración de la planta, que sufrió daños.

No se produjeron víctimas ni fugas radiactivas, señaló el gobierno local. El reporte no hizo mucho por mitigar el miedo a que la seguridad de la misión pudiera verse comprometida. Ucrania acusó el martes a las fuerzas rusas de bombardear las carreteras de acceso previstas para llegar a la central, en un intento de que la misión cambiara su ruta y pasara por zonas controladas por Rusia.

La central está ocupada por fuerzas rusas y manejada por trabajadores ucranianos desde los primeros días de la guerra iniciada hace seis meses.

El mundo seguía con ansiedad el desarrollo de la misión. El responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, reiteró su petición a Rusia de que la zona en torno a la central quedara desmilitarizada.

“Están jugando. Están apostando con la seguridad nuclear”, dijo Borrel a la prensa en la capital checa, Praga. “No podemos librar a juegos de guerra alrededor de un lugar como este”.

El ministro ucraniano de Energía, German Galushchenko, dijo el miércoles que Moscú seguía obstaculizando el proceso. “Tenemos información sobre que ahora intentan ocultar su presencia militar, de modo que deben comprobar todo esto”, añadió, en alusión a la misión.

Kiev ha pedido ayuda internacional para tratar de desmilitarizar la zona.

“Creemos que la misión debe ser un paso muy importante para devolver (la planta) al control del gobierno ucraniano para final de año”, dijo Galushchenko a The Associated Press.

Si todo va bien, los inspectores del OIEA deberían llegar a la región de Zaporiyia, 450 kilómetros (280 millas) al sureste de la capital de Ucrania, más tarde el miércoles. Los expertos podrían tener que pasar por zonas de combate activo, ya que no se ha anunciado un cese el fuego.

La instalación se desconectó temporalmente de la red eléctrica hace poco debido a daños provocados por el fuego, lo que provocó un apagón en la región y aumentó el miedo a una catástrofe, en un país ya marcado por el desastre de Chernóbil.

Zaporiyia es una fuente crucial de energía para Ucrania y sigue conectada a su red eléctrica. Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de lanzar proyectiles sobre toda la región en torno a la central nuclear, y el riesgo es tan alto que las autoridades han empezado a distribuir pastillas de yodo contra la radiación a los habitantes de la zona.

Grossi se reunió el lunes con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, para comentar la misión, que se espera dure varios días.

La energía dominaba las noticias del miércoles por otro motivo, después de que la compañía rusa Gazprom cortara el flujo de gas natural a través de un importante gasoducto que llevaba gas a Europa Occidental. La compañía, de control estatal, dijo que se debía a una intervención técnica anunciada con antelación.

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