BAGDAD (AP) — Un influyente clérigo chií iraquí, cuyos seguidores han mantenido una sentada ante el parlamento iraquí, anunció el lunes su retirada de la política y el cierre de las oficinas de su partido.
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No estaba claro qué efecto tendría el anuncio de Muqtada al-Sadr sobre la sentada que mantenían sus seguidores ante el edificio del parlamento iraquí, que ha paralizado la política del país durante cuatro semanas.
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Poco después del anuncio, cientos de sus seguidores acudieron al palacio de gobierno, donde estaba la oficina principal del primer ministro en funciones, Mustafa al-Kadhimi, para protestar allí.
El religioso ha anunciado su retirada de la política en varias ocasiones, cuando las circunstancias encajaban con sus intereses, pero muchos temían que en esta ocasión su decisión pudiera escalar una situación ya frágil.
El comunicado de Al-Sadr parecía responder al retiro del ayatolá Kadhim al-Haeri, un líder espiritual chií que tenía como seguidores a muchos de los partidarios de Al-Sadr. Al-Haeri dijo que se retiraría como autoridad religiosa y pidió a sus seguidores que apoyaran al ayatolá iraní Ali Jamenei, algo interpretado como un golpe a Al-Sadr.
Al-Sadr obtuvo el mayor número de escaños en las elecciones de octubre, pero no consiguió reunir una mayoría de gobierno. Eso planteó una de las peores crisis políticas en la historia reciente de Irak.
Su grupo renunció más tarde al parlamento y sus partidarios asaltaron el mes pasado el edificio del parlamento en Bagdad. Al-Sadr ha reclamado la disolución del parlamento y la celebración de elecciones anticipadas.