Veintiuno de los 30 miembros de la OTAN, más de dos tercios de los aliados, ya ratificaron el protocolo de adhesión de Suecia y Finlandia a la Alianza Atlántica, lo que les convertiría en miembros de pleno derecho de la OTAN en pleno contexto de guerra en el este de Europa.
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Según el último balance del Departamento de Estado de Estados Unidos, Eslovenia se convirtió este miércoles en el vigesimoprimer miembro de la OTAN que dio su respaldo formal, uniéndose así a países como Alemania, Francia, Italia, Reino Unido o Estados Unidos, que ya tramitaron la entrada en la OTAN de suecos y finlandeses.
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Quedan, por tanto, solo nueve aliados pendientes de realizar el trámite, entre ellos España, cuyo visto bueno está pendiente de votación en Congreso y Senado. Existe ya un primer acuerdo del Consejo de Ministros del pasado 1 de agosto, si bien debe recibir visto bueno parlamentario que se espera para septiembre, pues a principios de mes la Mesa del Congreso lo admitirá a trámite y fijará los plazos.
En España, se da por hecho que el voto parlamentario saldrá adelante, si bien Unidas Podemos evitó adelantar si dará su apoyo. Por el momento se limita a comentar que la OTAN es una organización “obsoleta” aunque dijo respetar la decisión tomada por los países nórdicos.
Aparte de España, todavía falta la ratificación formal de Croacia, República Checa, Grecia, Montenegro, Portugal, Eslovaquia, Hungría y Turquía. Preocupa, en especial, el visto bueno de Ankara después de que bloqueara varias semanas el proceso de negociaciones de entrada alegando una supuesta connivencia con el grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
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Bloqueo de Turquía
Las reticencias del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con respecto a Estocolmo y Helsinki llevaron a un bloqueo de casi un mes, que se resolvió finalmente en las vísperas de la cumbre de Madrid con un pacto para que Turquía levantara su veto a cambio de un mayor compromiso de los países escandinavos en la lucha contra el terrorismo kurdo.
Así, todas las miradas se centran en Turquía, que insistió en que su luz verde se supedita a que los países nórdicos cumplan el memorando tripartito y reclaman resultados en materia de extradición de personas vinculadas a organizaciones kurdas. Las espadas están en todo lo alto y el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, no dudó en advertir que si suecos y finlandeses “no cumplen”, Turquía “no les aceptará en la OTAN”.
El pasado mes de julio, los 30 aliados firmaron el protocolo de adhesión en una sesión del Consejo Atlántico en la sede de la OTAN en Bruselas, un paso con el que se convirtieron ya en miembros ‘de facto’ de la alianza militar a falta de la ratificación formal.
Proceso de ratificación
La ratificación se trata de la etapa más larga en el proceso de adhesión a la organización militar, con el procedimiento burocrático de todos los aliados que, a su vez, cuentan con distintos sistemas de validación e implica, en muchos, casos votaciones parlamentarias.
Una vez todos los miembros de la alianza y los candidatos aprueben estos protocolos, el siguiente paso lleva a Washington, donde los documentos se depositan ante el Gobierno de Estados Unidos, en concreto en el Departamento de Estado. No es hasta que se entregan todos que el país aspirante se convierte en miembro de la OTAN.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, pidió agilizar al máximo el trámite para tener una ratificación rápida, reconociendo que todo el proceso llevará meses.
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Aunque la OTAN puso en valor que la solicitud de adhesión se resolvió favorablemente en 7 semanas, siendo el proceso de entada más rápido en la historia de la Alianza, lo cierto es que cuando Suecia y Finlandia solicitaron conjuntamente su entrada en la OTAN el pasado 18 de mayo, la organización atlántica apostaba porque su adhesión fuera aun más ágil y estuviera lista para la cumbre de Madrid de finales de junio, dada la cercanía política y capacidad militar de Suecia y Finlandia y el contexto de guerra en Ucrania.